Zenit II: Promesas/decepciones.

Testarudo.

—¿Cuánto tiempo te queda conmigo?

—Este fin de semana es el último...

—¿Tan pronto? —pregunto un tanto indignada.

Las ojeras debajo de sus ojos denotaban un cansancio excesivo. Cristian le miró desentendido y negó con la cabeza.

—Lo siento, era toda la semana pero tú te la has pasado con Ve –respondió apretando los puños.

Karla se tomó la cabeza y se jaló un poco el pelo. —No empieces, sabes que es apoyo de amigos –replicó tratando de no mirar el rostro de su novio.

—No creo que él te considere una amiga, Karla...

La chica suspiró amargamente y lanzó sus manos sobre sus piernas. —Ok, ¿quieres pasar los últimos días conmigo peleando?

—No –dijo Cristian agachando la cabeza, dudando si había hecho bien en responder de una manera tan altanera.

[Happy together - Turtles]

Karla se arrodillo frente al chico, él estaba sentado sobre el sofá. Y le lanzó una mirada lasciva.

—Entonces hagamos algo, ayúdame a no extrañarte tanto... —le dijo mientras se acercaba a él, abrazándole.

Cristian dejó entrar a la chica, mientras le daba pequeños besos en la mejilla. —Uhm, esa voz me agrada

—Jaja, no, eso no... —dijo ella separándose un poco de su pareja cuando este deslizó sus manos hacia su trasero.

—Bueno, lo intenté –reculó con una sonrisa.

Se quedaron un momento en silencio admirándose. Dando paso a un rápido ataque del chico sobre los labios de ella. Se besaban con unas ganas de romperse los labios, como sabiendo que sería la última vez que todo estaría así de bien.

Cristian paró el beso, para decirle entre risas: —Tendrás casa sola, no vayas a hacer fiestas...

Ella frunció el ceño, mientras le miraba los labios a su amado. —Aw, eso era algo que te iba a decir...

Cristian sonrió y alzó las cejas. —¿Qué?, ¿habrá fiestas?

—No, torpe –le dio un beso en la frente—. Elizabeth está muy triste y débil. Le dije que podía venir a vivir conmigo hasta que se sintiera mejor –comentó mientras juagaba con el cabello del castaño.

—Uhm –solo pudo decir, mientras Karla le hundía los labios con un beso rápido.

—Mira no creo que pase mucho tiempo. Es eso o que yo me vaya a vivir con ella –con cada palabra le daba un beso más para ir convenciéndolo.

Reaccionó de inmediato, después de que casi su amada conseguía adormilarlo a besos. —Ah no, eso sí que no. Tú te quedarás aquí.

—Como tú quieras, amor –dijo ella esbozando una sonrisa.

Cristian se quedó por un momento con la satisfacción de haberle ganado una batalla a su pareja, pero inmediatamente reculó al darse cuenta de la trampa. –Ey...

Karla sonrió y atrajo al chico jalándolo de las solapas de su camisa. Se unieron en un dulce beso dejándose caer sobre la alfombra de la sala, mientras exploraban con sus torpes manos el cuerpo de su pareja.

Con su mano derecha mantenía el ritmo del beso, colocándola detrás de la cabeza de la chica, mientras que con la izquierda exploraba la piel blanca y tibia de su amada.