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Con la barriga bien llena, salgo de casa. A sido un gran almuerzo, sin duda, uno de los mejores. Lo hemos pasado bien, hemos reído y hemos hablado del instituto.
Justo está pasando Harvey delante de casa, y lo llamo. No responde, asi que insisto e insisto.

– ¡HARVEY! ¡Espera! –se gira, confuso, hasta que me ve.

– Ah, hola. –sonrie. Se arregla la gorra que lleva puesta y me mira.

– ¿Porque no te girabas cuando te he llamado?

– Ah... No te escuchaba.

Asiento lentamente.

Este camino no es como los demas. A veces cuando nos encontramos, empezamos a hablar, hasta llegar. Hoy hemos hablado muy poco.
Bueno, sera que se ha levantado mal.
***

– Marcos, he quedado con Alba. –me asomo a su habitacion.

– ¿A donde vais?

– No se... Supongo que daremos una vuelta por la ciudad.

– ¿A que hora volvereis?

– Quizas a las ocho.

– ¿A las ocho? Te quiero ver aqui a las 6.

– Marcos, son las seis menos dos minutos.

– Pues ya sabes, aprovecha lo que tienes.

– ¡Pero no es justo!

Bosteza como respuesta.

– ¡No me pasó nada! ¡No seas exagerado!

– .... —suspira, y aparta la mirada del televisor, donde se proyecta el juego al que está jugando— A. Las. Ocho. En. Punto. Te quiero entrando en casa.

– ¡Gracias! –sonrio satisfecha, y voy dando saltitos como una niña pequeña hasta la puerta. – mama, ¡voy a salir!

– ¡Ten cuidado!

Salgo feliz, y me quedo en la puerta esperando a mi amiga.
En verdad no tenemos pensado ir por la ciudad, queremos ir a comprar ropa a un centro comercial que está un poco lejos de aqui. Hay que ir en autocar. Sabia que si se lo dijiese no me dejaria salir de casa, asi que no he tenido otra opcion.
Espero impaciente, hasta que veo una silueta de chica, feliz, que viene hacia aqui. El pelo le vuela, como en las películas.
Lleva un vestido con un estampado de flores rojas con un fondo negro, y una diadema de flores dibujadas tambien. Llega donde estoy yo.

– ¿Porque tan floripondia? –rie.

– Estoy celebrando.

– ¿Celebrando el que?

– Que vuelvo a estar solterita.

Sonrio –que bien que te lo tomes asi....

– Le he dejado yo, claro que me lo tomo asi. Demasiado tiempo peleados llevabamos. Eso hay que terminarlo, si no lo hace el ya lo haré yo. –sonrie orgullosa.

— ¡Así se dice!

Y sin decir una palabra mas, vamos directas a la parada de autocar.
***

– ¿Crees que este vestido me hace gorda?

– .... mmm... mejor ponte el azul. –dice.

Levamos aqui una hora y media, y... aún no hemos comprado nada. Me quito este vestido y cojo el otro, que esta colgado. Me lo pongo, lo estiro hacia los lados y me miro en el espejo.

— ¿Como me queda? —digo esperanzada.

— Está bien. Es lo único decente de esta tienda. Bueno, de esta y de todo el centro comercial.

– Tienes razón... está temporada no hay nada en lo que quiera gastar mi dinero. Venga, vámonos.

— ¿No te lo llevas?

— Nah, invertiré el dinero en algo mejor. —sonrío alzando y bajando las cejas.

Le damos todas las prendas de ropa al dependiente, y cómo podemos, salimos de la tienda. Digo cómo podemos porque la cola es de todo menos ordenada, así que tenemos que ir esquivando a la gente.
Llegamos a la puerta y salimos. Cojo una buena bocanada de aire fresco y empiezo a andar, con Alba a mi lado.
La llevo hasta las escaleras mecánicas, que nos llevan al piso más alto de todos.
El piso de los restaurantes.
Y las heladerías.

Nos sentamos en una de las mesas que hay fuera, y esperamos a que vengan a atendernos.
Yo pido un helado de fresa y ella de chocolate.

— Y... ¿como es que estabais peleados? —pregunto.

— Pues... varios rumores que se contaban sobre el. Rumores que supongo que imaginas, y que a mi no me hicieron una pizca de gracia. El los intentaba desmentir, pero todos sus amigos soltaban indirectas que quizás, deberían haber callado, porque le delataron. Estuvimos peleados por un tiempo, y no te lo quise decir para no hacer un drama de todo esto. Y.... bueno, ya sabes cómo hemos acabado.

— ¿En serio no te ha afectado? Digo, se te ve muy tranquila sobre ello.

— Pues claro que al principio estuve mal, pero no puedo.... ¿no podía seguir así sabes? Triste, pudiendo arreglarlo. Yo ya sabía, que no era ni mi primer novio ni el último. Después de el llegaran muchos más, lo sé. —sonrío, orgullosa de ella.

Hay que tener fuerza de voluntad, para ser así.
***

El helado estaba buenísimo. Hemos repetido. Después de comer, hemos ido a un par de tiendas más, pero éstas no son de ropa. Son tiendas para cosas como collares, pulseras, pendientes....
Aquí si que hemos comprado varias cosas, ya que no hay temporadas, y suele ser todo igual.
Salimos de la tienda satisfechas, y nos dirigimos a la para de autocar.
Hora de volver a casa.

Hola! Vuelvo con otro capítulo largo. Sé que es idiota, pero me estoy empezando a preocupar, porque los leídos han bajado. Bueno, seguiré escribiendo, aunque solo me leyese una persona.
Que decir.... muchas gracias por los leídos, los votos y sobre todo los comentarios❣️

DIFERENTES (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora