Las clases pasan más rápidas de lo que creía, y en un cerrar de ojos, estoy metiendo todo el material en la mochila. Por curiosidad, miro hacia Harvey, quien hoy no me ha dirigido la palabra. Mientras guarda los libros, se ajusta el gorro azul que lleva. Lo ha hecho probablemente... unas diez veces, en menos de un minuto.
Me río, sin apartar la mirada de el, que está muy concentrado.A todo esto, una chica pelirroja entra a la sala, y se acerca a él. Al verla los ojos de mi vecino se iluminan. Algo que jamás le había pasado conmigo. Y cuando ella ya está lo suficientemente cerca, el la coge de la cintura, y...
La besa.
***Martes.
Miércoles.
Jueves.
Viernes.Cada día la misma rutina. La misma deprimente rutina. Harvey me ha enviado cientos de mensajes, a los que he ignorado sin siquiera leerlos. Marcos ha entrado alguna vez a mi habitación a preguntarme más cosas sobre Lisa, aunque después de expresarme a gritos, a ido dejando de venir.
Me parece tan injusto. Que después de besar a esa pulga andante aún se atreva a dirigirme la palabra. Que se cree, ¿que soy tonta?Es más, no sé ni porque estoy aquí, en la cama, envuelta de mantas suaves y de helado, sufriendo. Debería de darme igual. Si, total, ni siquiera tenía oportunidades con el. Oh, mierda. Ya me estoy deprimiendo otra vez.
Para rematarlo, mi móvil vibra. A estas horas de la noche, tengo claro quién es.Harvey: por que me ignoras?
Oh, por nada. Le metiste la lengua hasta el estómago a esa zorra, pero no. Por nada.
Harvey: otra vez? Vamos, te pediré disculpas en cuanto sepa lo que he hecho!
Rendida, suelto el helado de vainilla de mis manos y empiezo a escribir.
Yo: pregúntale que me pasa a la pelirroja esa.
Harvey: pelirroja no tendrá otro sentido como... la menstruacion, verdad?
Yo: idiota, me refiero con la que te dabas el lote. Mira, me sorprende que no estés ahora con ella.
Recibo varias llamadas suyas, pero las ignoro, una tras otra. Le he dado demasiada información, ahora debe pensar un poco sobre lo que ha hecho. Tal y como los niños pequeños.
Harvey: te juro que no fui yo!
Yo: ya, claro. Fue tu hermano gemelo.
Después de enviar mi respuesta sarcástica, apago el teléfono. Así seguro que no recibo ninguna llamada, ni ningún mensaje.
***Le he contado todo mi drama a Alba, quien siempre tiene algo que decir, para animarme. Gracias a mi mala suerte, hoy es el único día en el que no sabe que decirme, o que recomendarme. Lo único que ha dicho, es que si quería salir de fiesta, para animarme un poco, pero he rechazado la invitación por vagancia. Además, la conversación no ha durado mucho, pues la batería del teléfono de casa se terminaba.
Todo fiesta.Decidido. No puedo seguir así. Si, me merezco algo mejor. Decidida, cojo el teléfono y lo vuelvo a encender. Ignorando los mensajes y las llamadas, llamo a mi mejor amiga.
– ¿Que? ¿¡Que nos vamos de fiesta?! –escucho al otro lado de la línea. Parece que no la saquen nunca de casa.
– Aha. –confirmo, orgullosa.
– Guay, ¿paso a las 9?
– Si. PERO, nada de alcohol, que somos menores de edad. –recalco. Y sé que no me hará caso.
– Si si. Lo que tú digas, capitán. –y tras unas risas, la llamada finaliza.
Creo que esta noche, será muy decisiva para mi.
Y quizás me encuentre a alguien que no me espero.
***– Pueden pasar. –dice con voz robusta, el tipo de seguridad.
No hemos venido a la discoteca que me enseñó el ahora innombrable, ya que me traería demasiados recuerdos. Así que hemos ido a una casa del pueblo de al lado, en la que hoy, sé hace la primera fiesta a la que puede acudir cualquier persona, aunque no conozca al propietario. He escuchado que es un chico rico y de nuestra edad, al que le va mucho la movida.
Nada más entrar, puedo oler el alcohol por toda la casa, y me imagino de que va todo esto. Nerviosa, me ajusto el vestido negro y ajustado que llevo. Por supuesto, lo ha elegido la "reina de las fiestas", ósea, Alba. Ella también lleva un vestido negro, pero roto por algunas partes.
Nos dirigimos a la barra, cuando un chico se acerca a nosotras, juguetón.
– Buenas, chicas. ¿Nuevas? –se friega las manos, misterioso.
– Mm... si. –responde mi amiga.
– ¿Queréis jugar a algo? –sonríe, de manera orgullosa, alzando las cejas.
Alba me mira, dudosa. Sabe que a mi no me hacen una pizca de gracia, estas cosas, pero hoy, cambiaré esa actitud.
– Si. –digo, con plena seguridad.
– Bien. Seguidme.
El chico misterioso se gira y nos guía hasta unos lavabos. Somos pisoteados por bastante gente a la que no parece importarle. Ruedo los ojos cada vez que pasa, hasta que al fin llegamos al lavabo mixto.
Cuando entro y analizo la escena, no puedo creérmelo.– ¡Pero si es la morena de la sudadera! –exclama la chica de la otra vez, el día que fui a esa discoteca con... el innombrable.
Alegre, se acerca a mi y me achucha en un acogedor abrazo. Es gracioso pensar en hace unos meses, en septiembre, cuando todo empezó. Y ahora ya es 20 de diciembre.
– Sigues igualita, solo que... –se aparta de mi y me mira de arriba a abajo– ya no llevas sudadera. Ahora eres toda una señorita. –alza y baja las cejas.
Después de la ronda de abrazos con todos, incluidos el atractivo pelirrojo y Scott, le presento a todos los que conozco a Alba, quien nos miraba un poco extrañada de que yo conozca y abrace a gente con pinta de gente te-rajo-chaval-con-mi-súper-navaja.
– ¿Y como que no estás con...? –empieza a hablar Scott, pero antes de que termine, Alba lo interrumpe.
– ¡Innombrable! Ese imbécil ni siquiera merece un nombre.
– ¿Que pasó con el novio? –interviene una rubia, que no se había enterado.
– Le comió toda la boca a... –empieza a decir Alba.
– Déjalo, no quiero dar detalles. –intervengo, claramente molesta.
Ella me dedica una mirada con rencor, y es que le encanta contarlo todo. Tanto si es un secreto, como si no. Y aún le gustan más cuando son secretos amorosos. Ya ni hablemos de lo que le encanta dar todos y cada uno de los detalles.
– En fin, a lo que vamos, que no me entero de nada de lo que decís. –suspira, el chico que nos a llevado hasta aquí– me llamo Flynn y soy el propietario de este castillo. Quiero invitaros a jugar a algo. –ríe, maliciosamente.
– No pienso besar a nadie. –interrumpe Alba, seria.
– Tranquila, no va de eso...
– Ni jugaremos al "yo nunca nunca"... –interviene un chico.
– ¡Si me dejaseis acabar! –se queja, Flynn– quiero proponeros algo mucho mejor. –se acerca a nosotros, a lo que nosotros nos acercamos más a él– vamos a putear a mi vecino.
– Guay... –opina la morena, asintiendo.
– ¿Es hombre? –pregunto.
– Chico. De nuestra edad. –recalca el.
– Vamos. –confirmo.
Salimos de la casa, y giramos por la calle de la derecha.
Oh, si. Esta será una gran, gran, noche.ATENCIÓN
YA NO SE VOTARÁ MÁS YA QUE LA DECISIÓN FINAL ESTÁ HECHA

ESTÁS LEYENDO
DIFERENTES (Completada)
Fanfiction- Así que... gemelos. - Aha. -responden a la vez. - Ahora entiendo que fueseis iguales. - ¡No somos iguales! Somos diferentes. -..... sois gemelos. - Si, pero somos muy diferentes. - Si tú lo dices... *** Prohibido el plagio a esta novela, sed creat...