35.

291 32 8
                                        

– ¿Así que la tecnología es...? –dice esperando mi respuesta.

– ¿Uno de los inventos mas importantes de la historia?

– ¡Bien! –dice, contento.

Llevamos aquí un buen rato, pero yo ya le había avisado de que la asignatura se me da muy muy mal. Aun no hemos hecho ningún descanso. Llevo un rato insistiéndole de que vayamos a merendar, pero el insiste en que no hasta que entienda por lo menos una cosa importante.

– ¿Podemos ir a merendar ya? –digo alargando la última A.

– Vale.... Vamos.

Me levanto, casi a la velocidad de la luz y salgo de la habitación con él detrás. Bajo las escaleras saltándolas de dos en dos, hasta llegar al comedor, donde giro a la derecha y por fin llego a la cocina.
Lo que no me espero, es que dentro del armario donde se supone que hay todo tipo de chocolates y dulces, hay una simple nota.

Hola, cariño.
Sé que estas con el vecino así que no quiero interrumpir. Como habrás notado el armario está vacío del todo así que he ido a por comida.
Tardaré así que te recomiendo que vayáis a comer a un sitio fuera.
Tienes el dinero en mi cama.
Por cierto, tu hermano esta en casa de un amigo.
Mama.

– ¿Que pasa? –interviene Harvey, que acaba de llegar.

– Nada, vamos a comer fuera.

– No creo que sea una buena....

– ES una buena idea. Ya seguiremos estudiando después, ahora me muero de hambre. –y sin decirme nada más, me sigue hasta llegar a la puerta.

Salimos, quizás yo más entusiasmada que el, pero en el fondo sé que también quiere ir a merendar. Andamos, hablando de cualquier cosa que se nos viene a la cabeza. He notado que hoy está mas ocurrente que cualquier otro dia que hayamos hablado, por lo que la conversación se hace más amena.

Él me a dicho que conoce un local en el que la comida que hacen está buenísima, y como yo no sé nada de eso, le he hecho caso.

Vamos por una calle a la que jamas había ido, hasta que me para delante de un pequeño edificio con pinta de ser muy acogedor. Con un poco de miedo e intriga, entro. Y no tardan en darnos una buena bienvenida.

– ¡Mirad quién tenemos aquí! –grita un alegre señor, ya con edad avanzada acercandose a nosotros.

– Hola. –saluda mi compañero un poco tímido.

– Y veo que vas acompañado. –dice, aún más fuerte.

– Si, bueno. Buscábamos....

– ¿Una mesa? ¡Ahora mismo os damos una! –grita el señor, que cada vez aumenta el tono con el que habla.

– Gracias. –decimos los dos.

En menos de un minuto, estamos sentados en una mesa con la comida entre las manos.

He pedido un croissant normal y un batido de chocolate, mientras que el ha pedido lo mismo en versión chocolate extremo. Cuando terminamos de comer, salimos del local bien llenos.

– ¿Te conocían?

– Que va. No los había visto en la vida, pero mis padres vienen constantemente aquí ya que no tienen tiempo de llegar a casa y volver al trabajo.

– Es un sitio bonito.

– Si. Además mi padre me dijo que antes ese local era una tienda en la época romana, o algo así.

– Que curioso.... –digo, pensativa. Jamás lo hubiera pensado.

– No intentes desviarme del tema. Ahora seguiremos estudiando. –me lamento interiormente, no sabia que resaltaba tanto mi intención.

Después de un largo camino, volvemos a casa, donde mamá ya está preparando la cena. Mi hermano aún no ha llegado, me a hablado por móvil y dice que mamá le ha dado permiso para quedarse a dormir a casa de su amigo.
Ambos subimos a mi habitación. La verdad, me lo he pasado genial a su lado y se me ha pasado el rato volando.

Ya nos hemos sentado en mi cama uno delante del otro, y antes de que empecemos a trabajar, tengo la necesidad de confesarle algo.

– Gracias por haberme llevado ahí.... Lo he pasado de maravilla.

– No hay de que. Yo también lo he pasado muy bien contigo.

Hola! Buenos diaaas. Hoy SI son buenos dias ya que es fin de semana.
Mañana no os olvideis de responder con vuestro team, me encanta saber de cual sois.
Nos leemos mañana

DIFERENTES (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora