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Cojo la maleta y suspiro. ¿Estoy preparada para salir? Si.... creo que si. Reviso mentalmente toda la lista de cosas que he metido en la maleta, otra vez, por si me dejo algo. Y entonces, me viene algo a la mente. Por más que lo intente no puedo recordar que es, pero si sé que es muy importante. A ver.... ¿los peines? Si. ¿El desodorante? También lo llevo. Entonces...

— ¡EL SPRAY! —me acuerdo de repente y suelto la maleta, que cae al suelo.

— Vamos, ¡Sam! ¡Todas las familias están en sus coches de camino! ¡No quiero llegar tarde por tu culpa! —grita mi madre desde la planta baja.

Me doy aún más prisa subiendo las escaleras. Entro a la habitación y empiezo a buscar por todos los cajones, pero por más que busque, no está. No lo encuentro. Vuelvo a mirar en todos los rincones de la pequeña habitación, pero nada. Pongo ambas manos en la cabeza, frustrada. No tengo tiempo, tenemos que salir ya.
Me doy la vuelta, y cuando he cerrado la puerta, recuerdo. Dejé el spray dentro de la mochila del colegio, por si quería usarlo.

Rápidamente, vuelvo a entrar, y efectivamente, ahí está. Feliz, lo cojo y cierro la puerta. Cuando he bajado y mamá ve que llevo entre las manos, sonríe, cómplice. No creo que se haya dado cuenta, pero acaba de darme permiso para usarlo contra cualquiera.
***

— ¿Hemos llegado ya? —pregunta Marcos, impaciente.

— Hijo, llevamos diez minutos de viaje. —dice papá, con toda la calma del universo.

— Y aproximadamente, ¿cuánto tardaremos en llegar?

— Dos horas. —le contesta él.

Marcos suspira pesadamente y no dice nada más.
No sé porque pero me da a mí que esto será un largo, largo, largo viaje.
***

— ¡AH TO THE AH TO THE NO NO NO! —grita fuerte.

— Por favor, dios, si de verdad estás ahí, sálvame de esta tortura. Te juro que.... —suplico, pegada a la ventana con una mano y con la cara también.

— THANK YOU IN ADVANCE, I DONT WANNA DANCE. —sigue cantando Marcos sujetando con la mano un bolso imaginario.

— Haré todos mis deberes, no suspenderé ninguna asignatura....

— I DONT NEED YOUR HANDS ALL OVER ME. —grita, cantándole a mamá como una diva.

— ¿TE IMPORTA? ESTOY LAMENTÁNDOME. —me quejo.

— Chicos, hemos llegado. —anuncia papá.

Ahogo un grito de alegría y abro la puerta casi rompiéndola de la fuerza que uso. Lo primero que hago, es respirar profundamente. No hay comparación entre el aire de la naturaleza y el de el centro de la ciudad. Me noto sana, por estúpido que suene. Miro a mi alrededor, el color que reina aquí es el verde, y es precioso.

Un poco más lejos, están las cabañas, donde no tardamos en instalarnos.
***

— Sam, Alba, ¿que os parece si exploráis un poco que hay por aquí mientras las familias nos reunimos para decidir las actividades que haremos? —propone la madre de Alba.

Estamos en su cabaña desde que he terminado de instalarme, y he ido a ver cómo era su pequeña casa.

Las dos nos miramos, y nos encogemos de hombros. ¿Porque no? No suena muy emocionante, pero siempre es mejor que quedarnos aquí sin hacer nada, aburridas.
Salimos, y decidimos coger el camino de la derecha. Andamos por un largo y muy amplio camino en bajada. En el, solo se pueden apreciar árboles y arbustos con bayas, que por si a caso, decidimos no probar.

Asustamos a los pájaros que se posan en la rama de un pino bajo, pero a parte de eso solo caminamos y hablamos. Llevamos un buen recorrido, y estamos cansadas en todos los sentidos. Incluida la vista. Antes hemos confundido un gato con una piedra grande. Claramente, hemos dejado de hablarle al notar que no se movía.

— Ei... ¿que es eso? —señala Alba.

Frunzo el ceño, confusa. Miro a la dirección hacia la que está apuntando con el dedo. A penas puedo verlo, pero parecen las siluetas de dos chicos, separados por una no muy grande distancia. Uno de ellos escucha el grito de mi amiga y parece decirle algo al otro chico. Él, nos mira hace un gesto de indignacion y se aleja.
Curiosas, nos acercamos al que no se a ido, y me sorprendo al darme cuenta de que ese chico es Harvey. Entonces, ¿quién era el otro?

— Veo que vosotras también exploráis.... —dice.

— Si, llevamos aquí un buen rato. —digo.

— ¿Quien era el chico con el que estabas? —pregunta Alba. No se anda con rodeos, y esto es una prueba más.

— Oh.... mi... era un chico que preguntaba si este era el camino correcto hacia.... el campo de flores.

— ¿Hay un campo de flores? —insiste.

— Si. Es muy bonito. Quizás mañana lo visitaremos.

— Ah....

— Bueno, yo creo que ya es hora de volver a las cabañas. —digo.

— Si, yo también. ¿Te vienes? —dice refiriéndose a Harvey.

— Nah. Me quedaré aquí un rato más. —sonríe, forzadamente.

— Guay. Hasta luego. —se despide Alba.

Yo me despido también, y ponemos rumbo de vuelta.

No sabia que los chicos turistas venían solos.
Y justamente aquí.
Y justamente con Harvey.

Hooola! He hecho lo que he podido con el capítulo largo.

Mañana os dejaré una canción de 5SOS que no me quito de la cabeza, y la verdad, tengo ganas de compartirla. Es más, la estoy escuchando ahora. ¿Alguna fan de ellos?

Bueno, ahora a hacer deberes. Nos leemos mañana❣️

DIFERENTES (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora