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Nuevo y último día aquí. Ya es 25 de noviembre.

Hoy nos hemos levantado pronto, solo mi familia, para ir de excursión al campo de flores del que Harvey habló ayer. La primera vez que lo vi, no podía decir nada más a parte de: Wow, que bonito. Pero es la verdad, es un campo gigante con flores de todos los colores y tipos. Hay desde amapolas hasta margaritas.
Lo único que ha arruinado ese rato a sido Marcos rodando por todo el campo, haciendo la croqueta y gritando:

— ¡Ha dicho que si!

Cuando a terminado de rodar por ahí, llevaba partes de diferentes flores por toda la espalda y el pecho. Cuando le he preguntado a que le han dicho que si, ha negado con la cabeza, aún sonriente, dejando misterio en el ambiente. Lo más raro de todo es que no a borrado la sonrisa en ningún momento.

Cuesta creer que ese chico emo ahora sea un floripundio así de feliz.

Hemos estado un rato por ahí, hasta que hemos vuelto a nuestras cabañas para comer pizza.
Estoy mirando la televisión, aburrida. Más bien, amargada. La verdad, imaginaba esto como algo diferente, pensé que haríamos actividades todo el rato, pero se me había olvidado que esto no es una casa de colonias. Cambio de canal, y la señora del tiempo aparece en el televisor.

— Que vestido más feo. La verdad, querida, no te favorece. Te queda mejor el rojo, con esa cara de cerdo que tienes. —hablo, sola.

— Buenos días, yo soy Piggy, y vengo a....

— ¡Hahaha! Ya te lo decía yo, cerdi.

— Hoy el tiempo en España cambiara! —dice con emoción.— ¡las temperaturas dejaran de ser las mismas!

— El conocimiento es poder.... —susurro, otra vez para mi misma.

— No se supone que venimos aquí a disfrutar de la naturaleza, ¿y no a criticar a presentadoras? —escucho, pero no aparto la mirada de la tele.

— Tu calla, ¡cerdi!

— Eh... me llamo Penny.

— Oh... —digo, cuando me giro en dirección a la puerta, y veo a una chica de rizos rubios, apoyada en el marco.

— Pensé que era la única que hacía eso.... —dice dándose el placer de entrar y sentarse en la cama a mi lado.

— ¿Hacer el que?

— Criticar a las presentadoras de la televisión.

— Ah... pues, no. No lo eres..., bueno, ¿y entonces a que venias?

— Buscaba chicas con las que estar. Soy hija única, por lo que me aburro bastante. Soy la vecina que vive al lado de los Thompson. —asiento con la cabeza. Se refiere a la familia de Harvey.

— Yo también me aburría, si quieres puedo llamar a una amiga mía y la invitamos.

— ¡Si! —grita con ilusión, como una niña pequeña.

Juntas, vamos a la pequeña casa de Alba, y conseguimos arrastrarla fuera de la cama. Se nota que estamos echas la una para la otra. Ambas haciendo el vago, siempre que podemos.

Decidimos no ir a explorar otra vez, pues aún tenemos agujetas del viaje de ayer. Buscamos entretenimiento durante toda la tarde, hasta jugamos con los palos, fingiendo que son princesas rescatas por príncipes. Quizás un poco infantil, pero hasta nos reímos de las tonterías que hacemos. Ya cansadas de jugar con palos y piedras cada una vuelve a su cabaña, y vuelta al aburrimiento.

Como es normal, la chica del tiempo a desaparecido de la televisión cuando la enciendo, y en vez de eso, se está emitiendo algo que tiene pinta de novela.

DIFERENTES (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora