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Me mira fijamente, ni rastro de una pequeña sonrisa se asoma.

— .... ¿buenas noches? —digo.

— Samanta. —jamás había dicho mi nombre entero de una manera tan seria, y eso me intimida— Porque has vuelto tan tarde y con tu vecino.

— Lo siento, pero es que.... es que tú, mamá y Lisa discutíais muy alto y a mi, y a Harvey nos molestaba. Entonces el dijo...

— A el no le eches la culpa. —me interrumpe— hoy soy yo el que se ha preocupado. Te he estado mandando mil mensajes hasta que he visto que ni te habías llevado el teléfono. Me he llegado a desesperar.

— Pero he estado bien, lo he pasado bien. Y he vuelto.

— No, Sam, no. Esta vez has vuelto, pero imagínate que os pasa algo. ¿Que hago yo? ¿Que hace mama? ¿Eh? Sin saber si estás viva o no. Algo así no se arregla con excusas.

— Pero.... —suspiro— solo lo estaba pasando bien. ¡Y he conocido gente nueva!

— Gente que no volverás a ver, te lo digo yo. Además, ¿quedas con desconocidos? —dice, alarmado— cada vez que salgas de esta casa, quiero que me digas a donde, con quien vas y a que hora volverás. Ah, y tendrás que llevarte el móvil. —lo miro, inclinando la cabeza. ¿Porque tiene que ser tan protector? Ya soy mayor para tener opinión y responsabilidades.

— Vale. —me cruzo de brazos.— ¿puedo dormir ya?

Se levanta de la cama, sigue sin perder el rostro tenso y serio a la vez. Estoy apoyada a la puerta, y antes de salir, se para delante mío, y me da un abrazo.
Cosa rara, el jamás hace eso. Es más, no nos damos un abrazo desde que yo tenía 14, y el 16. Después, se aparta, con la mirada fija en el suelo, y se va directo a su habitación.
Estoy segura de que mañana despierta con una actitud completamente diferente.
***

He pasado una gran noche, venía cansada pero he podido reponer fuerzas, y me encuentro muy bien. Abro un poco los ojos, aturdida por los gritos de mama.

— Ay, ¡mi niña donde está!

— Mama, Sam está...

— Me quedé dormida, ¡Marcos! ¿Te lo puedes creer? Ay, mi niña si tan solo pudiese aparecer aquí y decirme que está bien.... —interrumpe la voz de mama. Me levanto de la cama y asomo la cabeza. Ambos están en el pasillo.

— Pero mama, en serio, Sam está....

— Está desaparecida, hijo. Deberíamos llamar a a policía. Ay Dios mío.... si tan solo pudiese...

— ¡MAMA! —grita el, a la vez que abre la puerta de mi habitación y me señala con el brazo.

Mamá, incrédula, me mira de arriba a abajo, como si no creyera lo que ve. Sin decir nada más, corre hacia mi y me abraza con fuerza.

— ¿Do-donde estabas? —dice, cuando aún estamos abrazadas.

— Estuve estudiando hasta tarde con una amiga y se nos fue la hora... —miro por encima del hombro de mamá a Marcos, quien niega con la cabeza. Le indico que calle.

— Por favor, no vuelvas a hacerme esto. —me mira de cara.

— Vale, lo siento, no volverá a pasar. –sonríe, aliviada.

— Venga, ¿quien quiere crepes para almorzar? —dice, y la miro sin creerlo.

— ¡YO! —gritamos entusiasmados.

Vamos bailando hacia el comedor a la espera de nuestro almuerzo. Por fin empiezo bien el día.

Mas de 400 leidoss lalalalaaa. Soy feliz.
Nos leemos mañana.
Gracias por los leidos, los votos y los comentarios
(Os habreis dado cuenta de que cada capitulo lo termino asi, pero tengo que agradeceroslo😂💞)

DIFERENTES (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora