Martes.
–¡Idiota! ¡Eso es lo que eres! –grita Lisa.
– ¡Lo idiota eres tú! ¡No tienes sentimientos! –replica mi hermano.
Llevan así toda la mañana, en el jardín de la otra casa. Desde el mío, los observo, en silencio. Igual que ayer, estoy sentada en la fría hierba.
No puedo quitarme de la cabeza, lo que pasó ayer. <<Prométeme que no te enfadarás>>. <<No tenía el valor suficiente de decírtelo, y dudo volver a reunirlo.>>
¿A que se refería? ¿Tan importante es? Miles de preguntas rondan por mi cabeza. Por desgracia, todas sin respuesta. Con esta incertidumbre no hay quien haga sus deberes, sus proyectos, ni quien estudie. Prefiero despejarme un rato, pero eso parece imposible en este barrio de locos.
Mientras ese par se gritan, alguien se sienta a mi lado. Tal y como pasó ayer.
– Molestan, ¿eh?
Asiento, mirándole.
– Harvey.
– ¿Si?
– ¿Porque llevas toda la mano de yeso?
– Oh... el otro día tuve un pequeño problema y me di un golpe.
– ¿Un accidente de coche? –intuyo.
– Si... ¿como lo sabes?
– Una... señora me lo dijo. ¿Ibas tú solo con tu madre?
– No... ósea, si. Si, íbamos solos.
– Entonces nada... –me digo para mi misma. Empezaba a pensar en la posibilidad de que la abuelita Margareth fuese la abuela de este loco, pero ya es una teoría descartada.
Me fijo en su pierna, y no veo el yeso que hace unos días llevaba. Estoy empezando a pensar que tiene cambios de personalidad. Un día es de una manera, y otro de otra. A veces es un poco más serio, y otros no deja de hacer bromas.
¿Que le pasa?
– ¿En que piensas? –pregunta. No ha dejado de mirarme en todo este rato, con una sonrisa que podría enamorar a cualquier chica.
– En nada... –jugueteo con mi collar de corazón.
– ¿Y en quien piensas?
– Buena pregunta. –admito– en ti, Harvey. En ti, pienso.
Los colores suben a sus mejillas, cambiando a rojo tomate.
– ¿Y que pi-piensas de mi?
– Me pregunto... cosas. –respondo, y decido dejarlo ahí.
No estoy para contarle todo lo que siento sobre sus misterios. Aún menos con mi hermano intentado que Lisa no huya de el.
– En fin... vuelvo a casa. A ver si así se callan de una vez. –digo, levantándome.
– Si, yo también. Ad-dios. –tartamudea.
***"Entonces, Miranda decidió que lo que había hecho... no estuvo bien. Se equivocó. No se creía que..."
Estoy leyendo, estirada en la cama, después de hablar por Skype un rato, con Alba. Los gritos han ido bajando de tono, hasta dejar de existir. Pero entonces, yo ya no tenía ganas de trabajar en nada.
La puerta de mi habitación se abre de un golpe.
–¡AH! –grito, aunque después de ver a Marcos en el marco de la puerta, vuelvo a respirar– ¿¡que?!
– Necesito. Ayuda. –se me acerca, suplicante.
– No hace falta gritar para eso... bueno, que te pasa.
– Tengo una duda sobre las chicas.
– ¿Mhm? –asiento.
– Si una chica me llama idiota, ¿me quiere?
– Depende. –me acomodo sobre las sábanas– puede ser un: ay, ji ji, eres idiota. –imito con voz aguda– o un: tú lo que eres es un idiota. Pero de esos que dices... idiota.
– Alguien puede darle un Nobel a esta chica de aquí, ¿gracias a su gran explicación? –grita mirando a todos lados.
Como respuesta, le doy un golpe en el hombro.
– ¡Auch! –se queja, a la vez que se frota la parte dolorida– entonces... me quiere.
– ¿Hablas de Lisa?
– Pff. No. claro que... psss no. –y tras mentir de una terrible manera, sale de la habitación, casi corriendo.
Dios sabe lo que pasa por esa diminuta mente.
***Jueves.
Probablemente el día que más estrés pasé.
Probablemente el día en el que casi asesino a mi vecino.
Probablemente el día en el que...Una hora antes
– Venga, te reto a comerte esa chocolatina de un mordisco. Si no lo consigues debes alcanzar la bufanda colgada de ese gran árbol. –me reta con aire superior.–
– ¿Y si lo hago?
– Tendré que hacerlo yo.
– Reto aceptado.
Miro al árbol, un poco asustada. Sin exagerar, me dobla la altura. Y sé perfectamente que si pierdo, el castigo no sólo será eso. También serán las burlas de Harvey por haber ganado, y seguramente grabara mi fracasado intento de coger la maldiga bufanda de un torpe desconocido.
Respiro profundamente. Intento estar preparada. O eso creo. Abro la boca, y después de un rápido movimiento, la chocolatina está en mi boca, para después quedarse en mi garganta.
Mierda.
No puedo respirar.Capítulo corto, sorryyyy.
Harvey va ganando, claramente.
Siento decir, que se acerca el final. Pero todo lo bueno termina, no?❤️
Os quiere, TeenaagerPd: Lisa en multimedia.
![](https://img.wattpad.com/cover/85574643-288-k271771.jpg)
ESTÁS LEYENDO
DIFERENTES (Completada)
Fiksi Penggemar- Así que... gemelos. - Aha. -responden a la vez. - Ahora entiendo que fueseis iguales. - ¡No somos iguales! Somos diferentes. -..... sois gemelos. - Si, pero somos muy diferentes. - Si tú lo dices... *** Prohibido el plagio a esta novela, sed creat...