27. "Mi realidad"

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Respiré profundo antes de salir de mi habitación para después bajar por la escalera, sosteniéndome de la barandilla. Un nudo se había formado en mi estómago a causa del nerviosismo que sentía, puesto que en un par de segundos regresaría a mi realidad, esa a la que había estado evitando por un tiempo. Sabía que sin importar cuánto me esforzara los recuerdos no se borrarían, seguirían regresando a mi memoria en cada momento de debilidad. No era una chica fuerte ni mucho menos, solo intentaba sobrevivir y sobrellevar los pormenores de mi existencia. La vida me había golpeado en reiteradas ocasiones, pero siempre había conseguido levantarme, pero esta vez había fracasado, porque sentía que las fuerzas me habían abandonado. Creí que todo acabaría cuando mi sangre se derramará por el cuarto de baño; como si fuese una película gore, pero todo cambió en el momento en el que escuché el murmullo de su voz. Nicolas me había tendido su mano, para resguardarme con su calor entre sus brazos, que era todo lo que mi alma atormentada deseaba en esos momentos. Me estaba pidiendo que no me rindiera y se había ofrecido a luchar a mi lado; por lo cual yo había decidido hacer lo mismo. Tenía que volver a levantarme y librar esa gran batalla interna, para desterrar de mi mente a los demonios que susurraban ideas suicidas, solo para llevarme con ellos, pero a pesar de lo que Bianca había visto desde un principio, yo no iba a darles las cosas fáciles ni pondría mi vida sobre una bandeja. Ya no permitiría que la tristeza me alcanzara y lograse devastarme, solo necesitaba encontrar el valor y la fortaleza que nunca había sentido, porque tal vez permanecía oculta en mi interior; por eso tenía la obligación de buscarla para lograr sobreponerme, con la esperanza de superarlo por completo. Era consciente del poco tiempo que había transcurrido, y sabía que tal vez me estaba exigiendo demasiado, pero necesitaba intentarlo, porque ya no quería seguir deprimida; esperando por una solución que jamás llegaría. Sabía que regresar a clases era el primer paso, parecía algo trivial y sencillo, y en realidad lo era, pero se sentía como una difícil prueba que necesitaba afrontar; puesto que mis heridas sangrarían a cada instante, pero confiaba en que algún día se secarían y entonces podría sanarme. Nicolas estaría a mi lado en esta dura batalla, apoyándome, al igual que mi guardiana, es por eso que quería intentarlo. Por ellos, por mis padres, pero por sobre todo por mi misma; porque deseaba volver a ser la que alguna vez fui.

Me detuve en el último escalón y me quedé viendo a Pascale, que me esperaba sonriendo junto a la puerta, luciendo tan perfecta como de costumbre.

—Ya estoy lista—le dije llegando a su lado.

—Al parecer el despertador dio resultado—comentó complacida.

—Es bastante molesto—le sonreí.

—Lo cual es efectivo—sonrió.

—Al menos cumple con su objetivo.

—Eso es lo mismo que yo intento—dijo seriamente. —Me alegra que hayas decidido regresar al colegio Jessie.

—Tenía que hacerlo.

—En realidad no tenias, pero lo estás haciendo.

—No soy la única persona que sufre en el mundo—dije bajando la mirada.

—No me interesan las demás personas, y no soy Teresa de Calcuta, ni Martin Luther King, pero tú si me preocupas y mi deber es protegerte—dijo Pascale seriamente. —Sé que hasta ahora no ha sido mi fuerte y que me resta mucho por aprender, pero se por lo que estás pasando, como también sé que esas cosas llevan tiempo; no quiero que te presiones a retomar la rutina, solo para complacer a otras personas. Sé lo que son los recuerdos que lastiman y se lo difícil que es sobrellevarlos. No soy tan insensible como el idiota de mi hermano.

—Entiendo que te preocupas por mí, porque soy tu amiga y tu protegida, pero esta vez no tienes que hacerlo; porque de verdad tomé esta decisión solo por mí, tal vez parezca terca, al ignorar lo que todos dicen y no querer esperar a estar recuperada, pero siento que encerrarme a llorar en mi habitación no remediara nada.

ARCADIA: La Guerra por el EquilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora