ARCADIA: La Guerra por el Equilibrio

4. "Nada nuevo bajo el sol"

Durante el recreo, recorrí todo el colegio junto con Lucas, enseñándole las instalaciones y diciéndole donde estaba cada cosa para que no se fuera a perder. Nos encontrábamos conversando junto a la escalera. Habían pasado tantos años y había tanto que contar. De pronto comencé a preguntarme si Lucas aún recordaría nuestro primer beso; sin embargo lo descarté inmediatamente, ya que había sido una cosa de niños y nada más. Él no tendría por qué recordarlo, después de todos estos años. Además a su edad estaba segura que ya había dado mejores besos que ese, claramente.

— ¿Aún quieres ser astronauta?—le preguntó Lucas sonriendo.

—No—le sonreí a la vez que golpeaba su brazo con mi puño.

—Oye, no seas agresiva—se sobo el brazo.
—Pensaba sobornar a los de la ''NASA'' para que te dejarán entrar, ahora que soy millonario—dijo levantando sus cejas.

—Ya no va a hacer falta. Y ahora que lo recuerdo. ¿Aún sigues con la idea de ser payaso?—le pregunté sonriendo.

—Claro, lo haré para no perder la humildad
—contestó.

Nos quedamos mirando durante algunos segundos a la vez que conteníamos la risa, lo cual no duro demasiado ya que al rato estábamos riendo a carcajadas ya que estabamos recordábamos nuestros sueños de infancia. Me había imaginado a Lucas maquillado como un payaso, usando una peluca de varios colores y jardineras enormes de muchos colores chillones. Conociendo a Lucas, podría apostar que él también me había imaginado como astronauta, por algo se estaba riendo.

A pesar de nuestras burlas era agradable volver a estar con él. Lucas y yo teníamos un humor algo diferente que a los dos se nos daba bien entender.

APARTADO

*Al igual que una moneda, toda historia tiene dos caras; sería justo que ambos protagonistas la pudiesen contar. Ahora es el turno de Nicolas.

Laura me estaba hablando, pero yo no escuchaba nada de lo que me decía. Jessica se encontraba a solo unos cuantos metros de nosotros, y aún así no me había visto. Al parecer solo tenía ojos para su nuevo amigo. Lo observé detenidamente, era un tipo moreno de estatura mediana y de contextura era un tanto fornido, tenía el cabello corto y negro, lo llevaba peinado hacia arriba. Noté que le estaba sonriendo a Jessica, había algo en ese tipo que no me gustaba para nada, quizá fuese la forma posesiva en que la miraba o incluso algo más. Sin embargo, así de lejos y sin conocer su pasado no podría asegurarlo. Tendría que inventar algo para remediar este asunto.

— ¿Nicolas, me estás escuchando? —le preguntó Laura algo molesta.

—Sí—le mentí —entonces puse mi mano sobre su hombro para saber de que hablaba.

— ¿Y qué te parece? — le pregunto.

—Cuenta con mi apoyo, reciclar objetos que no usamos me parece una buena idea. De hecho, veré si encuentro algo en mi casa y te lo traeré. ¿De acuerdo? — le aseguré para ser lo más convincente posible.

Esto de conocer el pasado de las personas y poder ver sus recuerdos con solo tocarlos siempre me ha resultado bastante útil. En estos momentos, sentí una enorme curiosidad por conocer el pasado de Jessica, qué cosas habría hecho, como habría sido su infancia, si había sido una niña buena o algo traviesa, (descarté la posibilidad de que hubiese sido mala, al menos no lo parecía) quise saber qué clase de recuerdos la habrían marcado y habrían conformado su personalidad hasta llegar a ser la Jessica que yo conocía, quizá de ese modo entendería porque detestaba tanto ser ayudada.

Como decía Anton, "otra vez estaba deseando saber más de la cuenta". Según él, ese era mi mayor defecto. Yo seguía considerándolo una virtud, pero nada de eso importaba, de todos modos era muy poco probable que llegase a tocar a Jessica, ella jamás me lo permitiría; así que no había forma de saber nada de ella a menos de que me lo contará, lo cual era tan poco probable como lo anterior. Supongo que siempre será un misterio para mí, al igual que Arcadia.