Una tenue luz se coló por la ventana iluminando toda la habitación a su paso, traspasando incluso aquella separación entre las cortinas, lo cual logró reflejarse sobre mi rostro. Fruncí el ceño al sentir la claridad que anunciaba el comienzo de un nuevo día y entonces tensé los labios, esto comenzaba a ser molesto y me incomodaba cuando pensaba seguir durmiendo. Abrí lentamente los ojos mientras que me sentaba sobre la cama, más bien sobre el enorme colchón que se encontraba sobre el suelo, entonces miré a mi alrededor un tanto confundida; ya que no tenía muy claro en qué lugar me encontraba, hasta que los recuerdos del día anterior hicieron su aparición, poniéndome al tanto de la situación en la que me encontraba. De la noche a la mañana, literalmente, todo se había tornado diferente; la existencia tediosa que alguna vez creí monótona y aburrida, se había vuelto impredecible y no dejaba de sorprenderme. Nada era lo que pensaba, pero no sabía si eso sería bueno o malo.
—Pensé que no despertarías y estaba a punto de ir en busca del príncipe azul —le dijo la rubia sentada sobre el sofá a la vez que le sonreía y hojeaba una revista de modas.
—Pascale —dije un tanto adormilada, a la vez que se sentaba sobre la cama —¿Qué hora es? —me froté los ojos.
—Son las diez de la mañana—respondió tranquilamente. —Supongo que debes tener hambre —dijo a la vez que se ponía de pie y tomaba una bandeja en la cual se encontraba el desayuno, para dejarlo sobre el colchón donde había dormido su protegida.
—¿Tú me hiciste el desayuno?— me quedé viendo la bandeja.
—Digamos que tuve un poco de ayuda, pero sí, lo preparé para ti—le sonrió a la vez que se sentaba a los pies de la cama.
—Te lo agradezco mucho—le sonreí al ver el esfuerzo que había puesto al hacerlo.
—No es para tanto, es solo un desayuno, así que no me des las gracias. Además fue divertido y nos sirvió para inaugurar la tostadora que compramos solo para guardar las apariencias—siguió sonriendo.
—De todas formas, quiero que sepas que valoro mucho todo lo que haces por mí, solo para hacerme sentir bien y mantenerme a salvo —la miré complicada. —Supongo que debe ser aburrido tener que cuidar a una persona por el resto de tu vida —le dije recordando la actitud de Nicolas.
—Te equivocas, ser una guardiana es lo único que le da sentido a mi existencia, antes de recibir esta misión no era nada; nadie confiaba lo suficiente en mi como para darme la custodia de un humano, eso me hacía sentir frustrada como si fuese una inútil. Ahora eres mi protegida y gracias a eso me siento mucho mejor, además me agradas, Jessie —le fue honesta.
—Me alegra saber que al menos te agrada tener una misión. No quisiera que te sintieras obligada, así que si en algún momento quieres hacer algo distinto con tu vida, solo tienes que decírmelo y yo hablaré con Anton para que te libere de esa responsabilidad y cuidaré de mi misma.
—Si me canso, pero de escuchar ese tipo de comentarios, créeme que renunciaré, pero no me rendiré tan fácilmente y no estoy dispuesta a ser un angel caído; así que mejor te tomas el desayuno. Sería una vergüenza ser juzgada solo porque te has muerto de hambre. Así que desayuna, después te llevaré a tu casa para que tus padres no tengan que preocuparse.
—De acuerdo y gracias por todo, eres la mejor guardiana del mundo—le volví a sonreír.
—Y tú la mejor protegida —se puso de pie, para luego caminar hacia la salida, pero se detuvo en el umbral.—Por cierto, deberías prestarle atención a la servilleta, nunca sabes lo que te puedes encontrar —dicho esto salió de la habitación
Me quedé viendo la puerta por la que acababa de salir Pascale, pensando en lo que me habría querido decir con lo de la servilleta, entonces la tomé y la miré detalladamente. En un costado vi que decía: "Nada nuevo bajo el sol''...excepto tu existencia". Aquellas palabras vagaron por mi mente durante un buen rato, sin que pudiese descifrarlas. No entendía a que se refería, ni tampoco sabía quién las había escrito ni con qué intención. Me quedé mirando la letra, tratando de averiguar quién lo había escrito, la letra parecía ser de hombre y la caligrafía era excelente. Parecía la letra de un libro antiguo, escrita con una pluma y un frasco de tinta, tal como en las películas. Entonces después de unos instantes logre reconocerla; Nicolas lo había escrito, se parecía a su letra, pero no estaba del todo segura, puesto que podría ser la de alguién más.
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ARCADIA: La Guerra por el Equilibrio
ParanormalTodos tenemos un final distinto, según como hayamos vivido es lo que seremos después de muertos, y no hablo del cielo ni del infierno. Hablo de un lugar neutro en el cual el bien y el mal buscan equilibrarse...un lugar llamado Arcadia.