Por alguna extraña razón la desdicha parece seguir mis pasos adónde quiera que vaya, sin dejarme avanzar, ni olvidar. Permanecer en este lugar no era sencillo, sobre todo cuando ellos lo transformaron en un infierno. Día tras día me encuentraba conviviendo con personas crueles e insensibles, quienes no han hecho otra cosa más que lastimarme desde que tengo memoria. Y ahora, después de todo lo que he vivido, ya no puedo seguir permitiéndolo. Ellos no pueden seguir ganando. Ya no puedo, ni quiero seguir viviendo un presente incierto, cargado de lágrimas, dolor y amargura. Esta vez me aferraría a aquel pequeño rayo de luz que aun alumbra mi rostro, a pesar de que la tormenta se había desatado desde hace un tiempo, el sol seguía brillando.
Dejé escapar un suspiro a la vez que me recostaba sobre la cama y observaba el techo de mi cuarto. Todo parecía estar en calma en estos momentos, era como si nada pudiera lastimarme, al menos mientras esté protegida entre estas cuatro paredes. Pensé que podría volver a ser la misma Jessie de siempre y hacer como si nada hubiese pasado, borrando de mi memoria esa horrible noche, pero me equivoqué. Ya que sin importar cuanto lo deseemos, no se pueden borrar los recuerdos, por más que nos lastimen y nos hagan revivir toda clase de momentos dolorosos, sea cual sea.
—He intentado leer tus pensamientos en más de una ocasión, pero jamás me lo has permitido —le dije seriamente, con las manos en mis bolsillos.
—Nicolas... ¿qué haces aquí? —le pregunté sorprendida.
— Tenía ganas de verte—le dije seriamente.
—Pensé que estarías con Laura—me sente sobre la cama.
—Y yo pensé que estarías con tu guardiana—me senté junto a ella, en menos de un segundo.
—Es domingo.
— ¿Y eso qué?
—Quise darle un descanso.
—Tal vez deberías aprender a mentir—escondí un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—Ya sabes que no se me da muy bien—me encogí de hombros.
—Lo sé mejor que nadie—le aseguré.
—En realidad... necesitaba estar sola—le fui sincera.
—Cada vez que quieras estarlo. Yo estaré a tu lado, para arruinarlo—la pues al tanto.
—No quiero que sigas preocupándote por mí Nicolas, de verdad estoy bien—le aseguré con una media sonrisa.
—Soy tu guardián. ¿Lo recuerdas?
—Cómo podría olvidarlo.
—Entonces no me pidas que te descuide, porque lo seguiré haciendo, sin importar lo que suceda—la miré seriamente.
—Lo sé, pero... ya no quiero seguir causándote más problemas—le dije apenada.
—De eso se trata —le dije seriamente. —Eres mi chica problemas y no dejarás de serlo de la noche a la mañana. Además, este lugar no sería tan interesante si no siguieras causándomelos.
—Pero mis problemas te están desviando de tu misión, y no quiero que...
—Tú eres mi única misión, Jessica—la interrumpí. —Y espero que comiences a creerlo—busqué su mirada, que insistía en esquivarme.
—Lo hago, es solo que...no quiero que un día te arrepientas por haber tomado una mala decisión—me encontré con sus ojos grises.
—Eso no sucederá...Y si algún día me arrepiento...será por haberte dejado ir.
— ¿Estás seguro?
—Completamente.
—Entonces supongo que... sin importar lo que diga. No cambiarás de parecer—concluí.
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ARCADIA: La Guerra por el Equilibrio
ParanormalTodos tenemos un final distinto, según como hayamos vivido es lo que seremos después de muertos, y no hablo del cielo ni del infierno. Hablo de un lugar neutro en el cual el bien y el mal buscan equilibrarse...un lugar llamado Arcadia.