16. "Decepciones"

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Me encontraba frente a la casa de los Rinaldi, esperando a que me abrieran la puerta, ya que Pascale me había invitado a pasar la noche junto con ella y Bianca, para así tener una agradable noche solo entre chicas. Habían pasado dos semanas desde la fiesta de máscaras. Al parecer Laura había comprendido que todo había sido un mal entendido, o al menos eso fue lo que Nicolas me había dicho, ya que Laura no me había comentado nada al respecto, ni tampoco había querido escuchar la explicación que quise darle. Sentía que aquella conexión que antes nos mantenía unidas ya no estaba, sin importar que tanto me esforzara por recuperarla. Quería que todo volviese a ser igual que antes, pero algo había cambiado y no podía fingir que no me daba cuenta. Y en cuanto a Lucas, simplemente se mantenía distante. Pensaba que con el paso de los días tal vez me buscaría para disculparse, pero eso no sucedía y sólo me evitaba cada vez que intentaba acercarme. Sentía que lo estaba perdiendo, y si no hacía algo al respecto nuestra amistad se acabaría para siempre. No sabía que podía hacer para revertir esta situación, puesto que no quería perder a mis dos mejores amigos. Sentía que de algún modo todo estaba en mí contra, queriendo hacerme sentir miserable y sola, pero eso no sucedía del todo ya que contaba con Pascale, quien no era solo mi guardiana, sino que también una buena amiga. Por otra parte, sentía que podía comenzar a contar con Nicolas de igual forma, puesto que se había convertido en mi ángel guardián. Cada vez que estábamos juntos me hacía sentir tranquila, ya que me hacía creer que todo era perfecto, aunque en realidad no lo fuera realmente. Pero en cuanto tenía que alejarse me sentía como si estuviese incompleta. Era como si una parte de mi no quisiera tener que apartarse de su lado nunca. No sabía que es lo que me sucedía con Nicolas, pero tampoco quería saberlo, ya que me bastaba con el bienestar que me invadía con solo estar a su lado, aunque solo fuese por un instante.

—Hola, Jessie —le sonrió Pascale una vez que le abrió la puerta.

—Hola Pascale —le sonreí. —Espero no haber tardado demasiado.

—En realidad llegas justo a tiempo. Vamos entra  —se hizo a un lado.

—De acuerdo —me adentre a la casa —
¿Dónde están los demás?  —le
pregunte extrañada.

—En el despacho de Anton, en una reunión. Y resulta que no fui invitada —contestó seriamente.

—Creo que no deberían dejarte fuera, Pascale, ya que también eres un arcade y parte de la familia —comente apenada.

—Tienes razón, Jessie, aun así
lo hacen. Será mejor que subamos a mi habitación —le sugirió, restandole importancia.

—¿Nicolas también se encuentra en esa reunión? —le pregunté por curiosidad, conforme subiamos las escaleras.

—¿Crees que se mantendría al margen si Anton se lo pidiera?

—En realidad no  —sonreí al  recordar su irremediable conducta.

—Parece que al fin lo estas conociendo.

—Eso creo  —sonríe.

—¿Eso crees?

—La verdad es que... los dos nos estamos conociendo —reconocí.

—¿Acaso me estoy perdiendo de algo? —entro en su habitación.

—No, claro que no, ¿por qué me lo preguntas? —me senté sobre su cama, dejando mi bolso a un lado.

—Pasan demasiado tiempo juntos y eso comienza a molestarme. Te recuerdo que yo soy tu guardiana.

—Eso ya lo sé, Pascale, pero solo pasamos tiempo juntos ya que me esta ayudando a reconciliarme con Laura —le explique algo nerviosa.

—¿De verdad eres tan ingenua o es que  aún no te has dado cuenta?  —se sentó junto a ella.

ARCADIA: La Guerra por el EquilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora