El lugar en el que me encontraba definitivamente no era mi habitación. Podía estar segura de ese detalle sin ser capaz de mirar en medio de la oscuridad total que me envolvía.
Para empezar en mi habitación no había una sola gotera mucho menos se colaba toda una tormenta. En mi habitación no crecían plantas en el suelo como aquellas sobre entre las que me encontraba. Y definitivamente en mi habitación no hacia tanto frío.
Decir que no me asusté sería mentir. Había tenido la mano de Grey rodeando la mía y ahora mi mano estaba vacía y no había más sonido que el de la lluvia y los de animales que no identificaba. Me abrigué más en mi suéter de punto y la chaqueta intentando mirar algo alrededor mío.
-¿Grey, donde estás?- pregunté sobre el ruido de la lluvia nadie respondió-. ¿Grey? ¿Karoline? ¿Vika? ¿Sarahí? ¿Luka?- seguí recitando nombres sin recibir respuesta y empecé a sentir cada vez más inquietud y ansiedad.
En ese momento recordé que tenía mi móvil en el bolsillo del pantalón. Lo abrí y usé el flash de la cámara como linterna cubriéndolo con una mano lo mejor que pude para resguardarlo del agua.
Me encontraba en medio de un matorral donde las largas y finas hojas de las plantas me llegaban hasta la cintura. Habían arboles muy grandes y cubiertos con sus espesos follajes como si no fuera final de otoño.
No me gustaba una pizca estar ahí.
Recordaba haber traspasado el portal que me había lanzado violentamente desde lo alto hacia ese matorral sobre el cual se desarrollaba una tormenta en todo el sentido de la palabra.
Seguí aplastando la hierba mientras avanzaba en busca de algo que no te idea de lo que era.
Ya me había helado hasta los huesos de tan mojada que estaba.
-Valiente guardiana del fuego eres tú- me recriminé por lo bajo.
Un rayo cayó a lo lejos y el trueno hizo que me encogiera del susto.
-Vas a conseguir que te caiga un rayo encima- seguí hablando conmigo misma-, ¿Tienes siquiera una remota idea de porqué estas arriesgándote a ese rayo?
Estaba segura que una persona que estuviera en su sano juicio hubiera estado buscando un refugio para a la mañana siguiente ir a buscar ayuda, pero cuando estaba dispuesta a ceder a mi cordura vi el hoyo en medio de las hierbas similar al que yo había causado al caer.
Corrí hacia ese lugar ignorando el cuidado que había tenido para cuidarme de los bichos que pudieran arrastraras por ahí.
Volví a quedar en tinieblas antes de llegar hasta el hueco cuando la batería del móvil murió.
-No- pulse la tecla de encendido para recibir la confirmación indicada por una pila en rojo.
Guarde el móvil y seguí avanzando hacia el lugar donde había estado el hueco y una idea se formó. Chasqueé los dedos para hacer surgir las chispas, pero estaba demasiado helada y mojada para que funcionara. Tanteé con los dedos la hierba hasta encontrar el hueco y entonces tuve que arriesgarme a tocar lo que había en el suelo sin daré lo que era corriendo el riesgo que fuese un animal muerto o una fiera al acecho o...
Mis dedos tocaron la suave tela mojada de un jersey y un abrigo impermeable. Busqué a tientas el rostro de quien fuera con el alivio casi mareándome por haber encontrado a una persona aunque estuviera desmayada. Seguro que me ayudaría a encontrar a Grey.
Pero aquella figura era Grey, reconocí los cabellos ondulados y los rasgos de su rostro. Sin duda alguna era Grey. Seguí examinándole la cabeza para intentar descubrir alguna herida que justificara el desmayo.
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1. Historia de los Guardianes: Otoño. |En edición|
FantasyOtoño, época de cambios. Joanne, Viktoria, Sarahí, Gemma y Mia siempre fueron humanas entre los seres mágicos, pero al volver de las vacaciones todo en lo que habían creído hasta entonces es puesto en duda cuando extraños sucesos empiezan a ocurrir...