44. Mirjam y Kallisté

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Los chicos que venían a ser refugiados por la academia empezaron a llegar uno por uno, y luego en una afluencia constante de gente, la chica pudo ver entre ellos a algunos adultos. Parecía que el lugar tenía demasiado espacio y podía dar acogida cómoda a todos los que llegaran. No habían dicho cuántos habían muerto, pero por primera vez Kallisté empezó a preguntárselo.

   Mirjam estaba al lado derecho de la chica con el rostro entre las manos y los codos apoyados en las rodillas, Lys estaba al otro lado de Mirjam relajada como de costumbre, las tres se habían sentado en el suelto al lado de la nueva puerta de la entrada. Otra puerta. Parecía que últimamente en St. Jeanne’s las puertas no duraban una semana entera.

   La líder de los hombres lobo estaba mordiéndose nerviosamente el pulgar, mientras su mirada estaba firme en la puerta de una pequeña habitación que estaba lateral al vestíbulo en la que los profesores y directores estaban llevando a cabo una reunión para reorganizar toda la academia; eso incluía a los líderes, tras la muerte del mago de tierra líder y la desaparición de Gustav, había dos grupos que estaban más desordenados tras los ataques que el resto. Mirjam sabía que corría peligro de ser removida de su cargo de líder, no había desarrollado un papel demasiado brillante mientras duró el peligro.

   -No van a quitarte el título, Mirjam- aseguró Lys, la chica estaba estudiando a todos los que iban entrando como si esperara algo, pero Kallisté sabía que sólo era su curiosidad usual haciendo acto de presencia.

   -¿Estás viendo cuántos nuevos están entrando? ¿Cuántos de ellos crees que pueden entrar en la categoría de líderes? ¿Dónde crees que quedó su líder?- inquirió la chica del cabello multicolor.

   -Líderes- corrigió Lys apartando su largo cabello marrón de su rostro.

   -¿Cómo?- preguntó Mirjam.

   Lys apuntó a algunos alumnos nuevos que pululaban por ahí sin saber muy bien dónde ir.

   -Algunos tienen blasones en sus uniformes, no son sólo de una academia.

   Antes de que Mirjam pudiera decir nada un par de chicas se detuvieron frente a ellas bloqueando su vista.

   Las tres chicas levantaron sus miradas hacia ellas, iban de la mano y evidentemente estaban algo perdidas. Por más que Mirjam miraba entre ambas no podía distinguirlas; ambas tenían el cabello marrón claro, liso y atado en una coleta alta, aun vestían el uniforme de su antiguo instituto que era de un color rojo vino con camisa negra que hacía ver su piel aún más pálida de lo que era, cada una cargaba un pequeño bolso a sus espaldas.

   Los ojos celestes casi grises de ambas les daban una mirada curiosa.

   Kallisté supo desde el momento en que las vio dos cosas; eran gemelas, eso saltaba a la vista, y eran licántropas. Sin embargo pudo notar algo más en ellas sin saber bien qué era.

   -¿Puedo ayudarlas en algo?- preguntó Mirjam adoptando de inmediato su pose de líder, la chica que siempre estaba ahí para todos aunque mantuviera su aire autoritario.

   -Ustedes parecen ser de aquí- dijo una de las chicas tras dudar un momento mientras la otra parecía querer empezar a tirar de su brazo para irse.

   -Sí- Mirjam les tendió una mano sin levantarse-, mi nombre es Mirjam Rotmond.

   La chica que aún no había hablado tomó su mano tras mirarla un momento más.

   -Clarisse Wolfangel- la chica parecía ser más retraída que su hermana-. De la academia de Zwickau.

   La chica que estaba al lado de Clarisse tomó la mano de Mirjam después de su hermana.

1. Historia de los Guardianes: Otoño. |En edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora