4. Viktoria

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-¿Qué Joanne hizo que?- repitió Mia con incredulidad.

   -Ya has escuchado, Mia. No entiendo la necesidad de repetirte lo que obviamente ya entendiste- masculló Grey.

   Mia lo miró consternada durante un instante. Grey nunca solía ser así de cortante con ninguno de nosotros, generalmente era la persona más agradable y divertida que jamás había conocido. Y luego tenía sus extraños momentos como estos en los que Mia claramente pensaba seriamente sobre la idea de apuñalarlo por la noche con un tenedor cuando durmiera. 

   -Discúlpame el hecho de no querer creer que tu novia de pronto se convirtió en una suicida.

   -Ella no es mi novia. Es mi mejor amiga- replicó secamente Grey.

   -Y ella tampoco es una suicida- añadimos Sarahí y yo un poco demasiado rápido.

   Mia puso los ojos en blanco como si nadie hubiera dicho nada. Era su don, ignorar lo que le molestaba y sostener su punto hasta el final.

   -¿Dónde está de todas maneras?- inquirió Gemma que era últimamente era la calma en persona.

   Grey se encogió de hombros.

   -Dijo que quería irse a dormir- todos los ojos de la mesa se volvieron hacia él con una mirada de reproche-. ¡Ey, la hice tomar algo de comer antes de acompañarla a las escaleras! No es como si pudiera obligarla a hacer algo que no quiera.

   Luka y Lawrence se miraron con caras preocupadas.

   -Quizás una de ustedes quiera ir a ver si realmente fue a dormir- opinó Nicholas.

   El simple comentario lo hizo objeto de una mirada de fastidio de Mia.

   -Joey ya está grandecita, si dice que ir a dormir, pues ella irá a dormirse y ya.

   Por la expresión de Nicholas él tenía una réplica en la punta de la lengua, pero se la guardó para sí mismo.

   Grey miró un instante más entre nosotros y luego suspiró, soltó sus cubiertos y se pasó los dedos con frustración por el cabello.

   -¿Qué pasó con nuestra Joey, chicos? ¿Qué ha sido de ella?

   -Está durmiendo, Grey- respondió Mia casi fastidiada-. Dime ahora que nunca has tenido esos días en los que no quieres saber nada del mundo entero.

   Grey no le dedicó una mirada más a nadie, solo se puso en pie medio botando la silla.

   -Nos vemos mañana.

   Para mi sorpresa el primero en decir algo a Grey fue Andrew.

   Andrew el chico del que no tenía muy claro como había llegado a sentarse con nosotros a la hora de la comida y del que casi estaba seguro que perseguía a Mia por donde pudiera. El chico de cabellos castaños, ojos marrones, cuya única extravagancia era que era el hijo de un vampiro. Ni siquiera creo que le tratásemos demasiado bien como para hacerle sentir de alguna manera que era bienvenido.

   -Grey, aunque no le creas ahora estoy seguro que tu Joanne volverá pronto. Sea lo que sea que le ocurra, ella volverá.

   Grey no lo miró al responder solo siguió andando mientras decía:

   -Eso, Andrew, es lo que más deseo. ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar?

   Grey salió del comedor y dejó que la puerta se cerrara detrás de él. Cuando lo vi marcharse me volví hacia los demás para decir algo, pero Mia me dio un codazo poco amable en el costado.

1. Historia de los Guardianes: Otoño. |En edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora