17. Grey

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El mago estaba tendido sobre la cama observando la oscuridad con abatimiento. Ya había dormido lo necesario. Miró el reloj de su móvil. Las tres y diez, suspiró con frustración. 

   Seguramente Joy estaría durmiendo felizmente a estas horas. Pero él a veces necesitaba tenerla cerca para asegurarse de que ella estaba bien. 

   Sus sentidos se dispararon al escuchar que en la habitación vecina la puerta se abría y luego las luces del pasillo se prendían. Parpadeó resentido cuando abrieron la puerta de su habitación y prendían la luz. Escuchó más puertas que se abrían y los suaves clics de los interruptores de luz. 

   -¿Pero qué demonios...?- gruñó Demitri desde una habitación. 

   El mago cogió sus pantalones y se los puso presuroso. 

   La imagen con la que se encontró afuera le confundió. Joanne caminaba por el pasillo vistiendo un pijama azul oscuro de pantalones cortos y camisa de tirantes e iba abriendo las puertas y encendiendo las luces a su alrededor. La chica dobló en un pasillo desapareciendo de su vista en el momento que Karoline salía de su habitación anudándose una bata sobre su pijama plateada y Demitri salió de la otra habitación con cara de pocos amigos mientras peleaba con el botón de sus pantalones de mezclilla. 

   -¿Ha sido ella?- preguntó Demitri a Karoline. 

   -No me acostumbro a la luz en un nanosegundo- replicó la chica-. Pero al menos que haya sido tu gemelo malvado supongo que fue ella.

   Grey los miró fastidiado a ambos mientras los demás que habían sido alojados en ese pasillo salían al pasillo con caras somnolientas y confusas. Todos menos Auguste, Grey casi tuvo que sonreír; su mejor amigo dormía como un tronco hasta que se hacía inevitable tener que levantarse y enfrentarse al nuevo día. 

   El mago marchó hacia el pasillo en el que había visto entrar a Joanne. 

   -¿Alguien sabe lo que sucede?- preguntaba Blian a nadie en particular. 

   -Joanne armando jaleo a las tres de la mañana, eso sucede- masculló Demitri-. A ver si se rompe el cuello en las escaleras. 

   -¡Demitri!- protestó Karoline siguiendo a su hermano por el pasillo.

   -¿Dónde rayos se metió?- mascullaba Demitri. 

   Evan se asomó con los cabellos revueltos y un pijama ligeramente largo al pasillo restregándose los ojos. 

   -¿Que ocurre, Kar?

   -Tu hermana está dando lata. Vuelve a dormirte Evan. 

   Evan caminó hacia dónde Grey supuso que estaba la habitación de sus padres seguramente para quedarse a dormir ahí el resto de la noche. 

   Se escuchó un chillido agudo, un golpe y algo que se rompía. Un escalofrío recorrió a los hermanos que corrieron hacia el lugar donde se había originado el grito. 

   -¿Qué crees que haya ocurrido?- preguntó Karoline nerviosa.

Demitri doblo en otro pasillo. 

   -El imbécil de su amigo la encontró- declaró Demitri-. Le romperé cada hueso si algo le ocurrió a Joanne. 

   Corrieron escaleras abajo, donde las luces ya estaban encendidas, y casi esperaron encontrar una Joy con el cuello roto al pie de estas. Pero la causante del chillido había sido Laura quien había tirado una silla al tropezar y tenía un vaso roto a sus pies. Joanne seguía impasible su camino por la casa. 

   -Yo venía de la cocina- balbuceó Laura-. Entonces vi a la señorita Joanne y me asusté. 

   Demitri le dio unas palmaditas tranquilizadoras en el hombro antes de seguir su camino detrás de su hermana. Karoline le seguía pisándole los talones. 

1. Historia de los Guardianes: Otoño. |En edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora