Hubo un claro momento de parálisis entre todos nosotros cuando Joanne dijo aquellas palabras y luego quedó sin conciencia.
Lo primero que supe cuando salí de mi shock fue que Blian estaba tratando de hacer que Joanne despertara. Pero no lo consiguió, ella no reaccionó ni siquiera cuando Diana la abofeteó y Jonathan trató de curarla de lo que fuera que le ocurría.
Entonces supe que algo malo ocurría.
Fue como una sensación helada que me recorrió desde la punta de los cabellos hasta los dedos de los pies.
Algo que disparó mis alarmas fue cuando Jonathan se puso a lanzar maldiciones a diestra y siniestra antes de desaparecer de nuestra vista. Lo siguiente que escuchamos fue un atronador grito de él.
-¡Asclepio!
Diana levantó la cabeza que tenía hundida y salió disparada detrás de su hermano.
-¡Apolo! ¡No nos comprometas con él!
-¡Cállate, Artemis! ¡Asclepio, te estoy llamando, hijo de...!
-Hijo de Corónide y tuyo. Ya te he escuchado, padre- sonó la voz tranquila de un chico cerca de nosotros-. No te pongas a gritar y maldecir de ese modo, es grosero e innecesario.
Nuestros ojos buscaron casi frenéticos al chico que hablaba.
Lo encontramos arroyo abajo caminando impasible.
Había algo en su tranquilidad que me recordó a Diana. No era la misma tranquilidad arrogante de Jonathan, sino una bien distinta. Como si no tuviera ya nada por lo que preocuparse en el mundo y no quisiera hacerlo tampoco.
-Quiero que cures a esa chica- dijo Jonathan reapareciendo con Diana.
Asclepio miró a Joanne un instante y luego miró a Jonathan y Diana.
-¿Te has vuelto loco? Yo no intercedo aquí. La chica está a las puertas de la muerte. Además es una puñetera guardiana; es más me apuesto la inmortalidad a que es Rose- Asclepio empezó a retroceder con las manos en alto como si estuviera en un peligro eminente-. No puedo hacer nada aquí. Si quieres hablar con alguien para que te ayude, acude a Hades. Yo no me echaré en contra a Hades por arrebatar a alguien de su reino. Muchas gracias, la oferta es tentadora, pero ya aprendí mi lección: no toques a los que pertenecen a Hades.
Y luego desapareció.
Antes de que Diana pudiera impedirlo Jonathan ya había soltado el siguiente grito.
-¡Hades!- esta vez no siguió gritando. Y su voz tenía cierto grado de respeto.
Por un momento no ocurrió nada, sin embargo un segundo después el aire vibró y un hombre apareció.
Cualquiera que fuera la imagen que tuviera de Hades quedó de un lado cuando le tuve cerca.
Era alto, tenía una piel sana morena tostada, un rostro afable con una bien recortada barba oscura y dos ojos luminosos negros.
-Aquí me tienes, sobrino.
Sucedió lo imposible: Jonathan hizo una reverencia profunda junto a Diana.
-Lamento llamarte hasta aquí, tío, pero no lo haría si no supiera que más puedo hacer.
-Hola, tío- saludó Diana con una trémula sonrisa.
-Hola, Artemis. Apolo, sabes las reglas, si no me pides nada fuera de ellas te concederé lo que me pidas.
Jonathan asintió.
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1. Historia de los Guardianes: Otoño. |En edición|
FantasyOtoño, época de cambios. Joanne, Viktoria, Sarahí, Gemma y Mia siempre fueron humanas entre los seres mágicos, pero al volver de las vacaciones todo en lo que habían creído hasta entonces es puesto en duda cuando extraños sucesos empiezan a ocurrir...