La música cesó de golpe cuando la puerta se abrió dejando a la vista a las dos chicas.
Vanessa se quedó completamente quieta sobre la silla y bajó los brazos que había tirado al aire mientras bailaba con Mina y Geneviève; ellas dos también se habían quedado inmóviles. Se podía notar la tensión que había invadido el salón que hace unos minutos estaba tan animado.
De alguna manera en el mismo momento en que la puerta se abrió Nessa supo que no era nada bueno lo que ocurría. Para empezar nunca solían interrumpir la clase de música de la señorita Lauren, ya que esta detestaba que lo hicieran y únicamente lo toleraba por parte de los directores.
Pero al ver ahí de pie a las completamente agitadas Kallisté y Lys la señorita Lauren no dijo nada; quizás porque ella tenía el mismo mal presentimiento que todos.
Kallisté no solía ser una persona nerviosa, de hecho era bastante simpática y hasta igual o más alocada que la misma Mina, pero nunca nerviosa y rara vez se le veía llorar. Vanessa sabía que las sonrisas no significaban siempre felicidad y que la chica había pasado por bastante en su corta vida como para que el simple hecho de ser capaz de esbozar una sonrisa, aunque fuese fingida, era admirable en ella.
Kallisté, hasta dónde Vanessa sabía, provenía de una familia de licántropos bastante encumbrada; los Villareal, una familia de hombres lobos grises. La familia Villareal podía contar crónicas de los suyos que databan desde muchos cientos de años atrás, y no toda familia mágica podía decir aquello. Sin embargo desde el nacimiento de, los hijos de Abigail y Santiago Villareal la desgracia había plagado a aquella familia.
Abigail había fallecido cuando Kallisté aún era pequeña dejando a siete hijos huérfanos de madre; más tarde habían muerto dos hermanos de Santiago; los padres de Abigail habían fallecido dos años después que su hija por un ataque de sombras que se habían escapado de la Ciudad oscura; a uno de los hermanos mayores de Kallisté le habían ejecutado por orden del Concejo gris encontrándole culpable de revelar secretos del mundo mágico a los humanos.
Se susurraba por el mundo mágico que Kallisté tenía el don de visionaria; hecho que era sumamente raro entre los hombres lobo y que generalmente solo solía presentarse en las criaturas de fuego. Se decía que Kallisté había predicho cada una de las desgracias que habían ocurrido a su familia y que nadie le había querido escuchar. Muchas cosas solían murmurarse sobre la joven licántropa, pero la chica parecía pasar de todo aquello y simplemente mantener la cabeza metida en sus libros.
Pero en aquel momento Kallisté no parecía simplemente poder pasar de la situación y a Lys a su lado parecía ocurrirle algo similar.
-Mirjam…- habló Kallisté a su líder-. Están convocando a todos los líderes a la plaza.
Ese hecho le pareció bastante extraño a Vanessa, nunca solían reunir a los líderes y mucho menos a horas de clase.
Cuando Mirjam quiso saber qué había ocurrido no fue Kallisté la que respondió, sino la alta Lys.
Lys era una licántropa también, nos sacaba una cabeza a casi todas y provenía de la familia Moonshade, sus padres eran los primeros Moonshade de la historia de su familia. La chica solía mantenerse seria la mayoría del tiempo y siempre tenía una respuesta lista para todo.
-Hay cosas demasiado terribles para ser contadas.
Sus palabras hicieron que un escalofrío bajara por la espalda de Nessa.
-Y está es una de ellas- confirmó Kallisté un momento antes de desmayarse.
-Lobos, útiles nada más que para dar malas noticias. Buenos para nada- soltó el antipático Gustav pasando al lado de las chicas sin mirarles siquiera.
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1. Historia de los Guardianes: Otoño. |En edición|
FantasyOtoño, época de cambios. Joanne, Viktoria, Sarahí, Gemma y Mia siempre fueron humanas entre los seres mágicos, pero al volver de las vacaciones todo en lo que habían creído hasta entonces es puesto en duda cuando extraños sucesos empiezan a ocurrir...