Acuario's pov:
Las semanas habían pasado como un relámpago, faltaban tan solo cuatro días para la graduación y yo cada vez me encontraba peor y con menos amigos.
El instituto me había dejado por fin de ver como el "centro de atención" y ahora solo se encontraba de nuevo murmurando pestes de otras personas. Sean se había molestado conmigo, dejó de hablarme y de un día a otro me había enterado por bocas de otros que había vuelto con Roxanna. Escorpio intentaba sorprender a Valentina con todo, siendo rechazado más de diez veces. Virgo y Capricornio habían vuelto a ser las mismas mejores amigas de siempre y cada una estaba feliz con sus novios. Libra se la pasaba todas las tardes con el equipo de fútbol y las animadoras, mientras que Tauro cada vez faltaba más a clases.
En cuanto a Piscis y Sagitario, su extraña desaparición no parecía afectarle a nadie... A nadie excepto yo.
Sentí un tirón en la parte trasera de mi mochila. Giré el rostro confundida, encontrándome con la cabellera teñida de Roxanna y sus cuatro clones: sonrían falsamente, mientras me fulminaban con la mirada.
Ya estaba harta de esto.
- ¿A donde vas, muñequita?. - Preguntó esbozando una sonrisa secarrona.
Si no mal me equivocaba, su actitud cambio conmigo desde que los chicos se alejaron de mi, amaba hacerme sentir mal, enserio amaba que me arrepintiera de haber nacido.
- Déjame. - Mallusqué sin ganas.
Rodé los ojos y jalé mi brazo soltandome de su agarré e ignorando sus gritos seguí caminando sin siquiera mirar atrás.
Reducí la velocidad de mis pasos cuando crucé la cafetería, no pude evitar echarle un vistazo a la mesa roja del fondo, aquel lugar en donde solía comer con los chicos y charlar de puras tonterías, ese lugar en donde ahora solo encontraban ocho personas, riendo amistosamente y llevándose los bocadillos a la boca sin ninguna preocupación.
Los extrañaba...
¡Oh si que lo hacía! Pero la nueva yo temía hacerle daño a las personas, y prefería mil veces estar lejos a posiblemente arruinar sus vidas.
Tomé una profunda respiración y retomé mi camino por todo el instituto.
Últimamente mi salud se estaba deteriorando y por ordenes del director obligatoriamente me tenía que hacer una revisión diaria en la enfermería.
Me detuvé en seco antes de llegar a mi destino, ahí se encontraba Gus, atendiendo a un chica pelirroja de su misma estatura.
Lo saludé con una sonrisa y después de haber recibido una seña de advertencia por su parte, seguí caminando hasta llegar a la última habitación. Entré sin previo aviso y me senté en el único sofá blanco de cuero que decoraba el lugar.
- Buenos días, Acuario. - Habló la doctora Hermman con una sonrisa.
- Hola. - Dije seca. La doctora era una mujer cuarentona, con unas cuantas arrugas, pero un cuerpo cuidado; era dulce y amable, pero sinceramente la detestaba.
- ¿Cómo has seguido?. - Preguntó sacando la libretita de colores que tanto me irritaba.
- Mejor. - Mentí.
Ella asintió no muy convencida y se pusó de pie con una sonrisa para comenzar a hacerme el chequeo. Primero comenzó con las lamparitas en los ojos, luego con el estetoscopio en el pecho y después con la tableta de madera en la boca.
- Acuario... - Inició una vez había terminado. - Insisto en que terminando los exámenes finales te tomes unas vacaciones y visites algún lugar al aire libre o algo así... Parece que la cuidad solo empeora tu salud.
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¡No te enamores de Acuario!
HumorUna casa, doce signos... ¿Qué podrá ocurrir mal? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Portada de esta historia por: @Natsume-San001