Epílogo

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**Es importante que lean los agradecimientos para entender este epílogo tan extraño**

"Querida mamá y papá;

Estos días en la hacienda de la abuela han sido maravillosos, me enseño a montar a caballo, a alimentar a los animales y es más, le dio un nuevo hogar a Taurio, mi precioso cacharro de pelaje blanco.

No ha sido fácil luchar con War y su pésimo estado, pero yo se que ese viejo caballo se recuperará y muy pronto estará ahí trotando, casi como Georgina pone huevos.

También quiero decirles que el otro día recibí una llamada extraña, era la voz de un hombro, pero solo dijo mi nombre y colgó. Aun tengo pesadillas con eso. Pero no se preocupan, no es nada grave.

Con respecto a mi salud, creo que a mejorado mucho, ya no me siento tan asfixiada, ya no tengo los mareos y los dolores se han ido. Espero poder volver a casa con los chicos antes de lo previsto.

Sí, no ha pasado mucho acá, pero planeo mantenerlos informados de todo.

¡La abuela les envía saludos!

Los amo, cuídense y espero verlos pronto.

Acuario Portman, su pequeña."

Doble la carta y la metí en el buzón, el cartero no tardaría en venir y la correspondencia ya tenía que estar lista.

Agarré de nuevo mi balde y comencé a caminar hacia el establo, el lugar en donde War descansaba. Hoy había amanecido con más ánimos, incluso se había tomado una selfie conmigo, estaba segura de que muy pronto ese viejo caballo estaría comiendo y jugando con los demás chicos de su manada.

Le di un poco de alimento en la boca, para después pasarme con Georgina, la gallina consentida de mi abuela.

Levante los huevos que había puesto y regresé a la casa.

Me abuela estaba preparando chocolate, cuando me vio sonrió y pidió que me acercara.

— Hoy no hay casi nada que hacer, Acuario, por eso he decidido contarte la historia del abuelo y yo, mientras tomas un rico chocolate caliente. — Musitó desordenando mi cabello.

Sonreí y comencé a brincar como una niña de cinco años. No había nada más que ansiara en el mundo que historias de abuelitas y chocolate recién hecho.

Fuimos a la sala cuando cada una tenía su propia taza, nos sentamos en el sofá y nos preparamos para un largo momento de charlas. La abuela fue la primera en hablar.

— Cuando yo era joven, hace 58 años, era una niña como de tu edad, muy linda y carismática según mi madre. — Rió tomando un poco de su taza. — Ella como buena mamá me inscribió en la secundaria, pero el error más grave que cometí fue enamorarme del tipo más popular y rudo de entonces, Roger Portman, tu abuelo.

»El era un mujeriego de pacotilla, pero cuando me conoció y descubrió quien era verdaderamente, cambio. Fue un cambio muy drástico, ahora estaba dispuesto a dar su vida por otra personas, pero eso tuvo un costo y fue su popularidad, las personas que decían ser sus amigos, se alejaron y lo dejaron solo. Claro que yo nunca lo deje, siempre le demostré cuanto lo amaba.

¡No te enamores de Acuario! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora