¡No te enamores de Acuario!

Capítulo 61. Un Día Especial

Acuario's pov:

Hoy era la preparación para la noche de Prom, y yo no estaba feliz. No era tanto porque no estaba llendo con el chico que me había imaginado desde siempre, si no porque básicamente Gus me estaba obligando a ir con él; decía que era para protegerme de los "chicos malos", pero yo sabía muy bien que era para que su grupito de fanáticas adictas al sexo no se pelearán por escoger a la afortunada de entre todas que iría con él.

Lo fulminé con la mirada.

- Lo acepto, pero por favor ve conmigo, si no lo haces Kathy, Tory, Peyton y Danny se pelearan y terminarán con la cara toda arañada, ¡Por favor! No quiero follarme a una chica con el rostro todo desfigurado. - Rogó haciendo que le sacara la lengua totalmente asqueada. - Bien, no tenía que decirte eso, pero ¡Bah! ¡Ve conmigo!.

Estábamos siendo él centro de atención en el gimnasio, así que le tape la boca antes de que dijera otra sandez y le advertí con la mirada.

- Iré contigo, Gus, pero cállate de una maldita vez, no quiero saber nada más de tu sexualidad. - Murmuré mirando el resto de las gradas con vergüenza, allí habían chicos de último año y estaba segura de que habían oído el resto de la conversación porque se estaban riendo a carcajadas.

Gus se pusó de pie y comenzó a hacer el baile de la victoria, que básicamente consistía en menear las caderas de un lado a otro mientras alzabas los brazos en señal de victoria. Otra vergüenza más a la lista.

- Después de clases pasaré por ti para ir a comprar nuestros atuendos, porque estoy seguro de que si no compras un vestido conmigo, tú te olvidarás y mañana con tal de no ir dirás algo como: "Upss, Gus, no podré ir al baile porque no tengo ropa". Te conozco demasiado bien, Portman. - Me señaló acusatoriamente.

Reí y asentí como una madre dándole la razón a su hijo.

- Si, si, pero ya vete, Gus, porque se "supone" que estoy enferma y que no "debo" de estar hablando tan animadamente, porque si el entrenador me ve me hará correr tres... ¡Hey, Gus! ¿Qué haces? ¡No, no te...!.

- ¡Hey, Wilson!. - Gritó Gus ganándose la atención del entrenador. - Esta chica no esta enferma, ayer la ví irse de parranda con sus locas amigas: regresó a las cinco de la mana y es por eso que esta tan cansada... ¡Creo que fuiste burlado!.

Hice palmface y miré al entrenador que me fulminaba con la mirada. Me señaló y supé que era mi fin.

- ¡PORTMAN! ¡50 VUELTAS AL GIMNASIO! ¡SIN LLORAR! ¡YA, YA HOLGAZANA!.

Me levanté de mala gana, sabiendo que si no obedecía me iría mucho peor, ¡Ah!, pero no antes de bajar por completo de las escaleras, sacarle el dedo medio a Gus y murmurarle "Pudrete, maldito". Algo que ya se estaba volviendo una costumbre desde que andaba cerca de él...

(...)

La campana tocó.

Gus no era de ese tipo de chicos que fuera puntual o algo así, es más, ese tipejo se tardaba más de media en hora en aparecer, pero sorprendentemente por primera vez en la vida estuvó ahí a la hora que dijo. Me saludó con un beso en la mejilla y con tirones comenzó a jalarme hacía quien sabe donde.

Sabía perfectamente que Gus amaba las fiestas y más las escolares, pero definitivamente esta era diferente; no sólo era una fiesta, si no que era la "última" fiesta que celebraría en el instituto que tanto adoraba al lado de las personas que más apreciaba.

- ¿A donde vamos, Gus?. - Pregunté intentando soltarme de su agarré, algo en lo que fallé por la diferencia de fuerza.

- ¡Al centro comercial, duh!... - Me sacó la lengua e hizo un puchero bastante gracioso.