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Cumpleaños de Alan

Hace Año y Medio

Todo el mundo cree que cuando cumples años debes estar feliz, pero en realidad Alan se sentía como si fuese una basura y era entendible, Sierra Harris había rechazado completamente su invitación de cumpleaños. Claro que no le diría a nadie sobre eso, si alguien se enteraba se sentiría peor de lo que ya estaba y no quería.

Caminó sin rumbo por el parque central hasta chocar con una chica quien se encontraba de la misma forma que él, rápidamente se dio cuenta de ello y decidió hablarle. — ¿Te encuentras bien?

—El chico que me gusta me rechazó, ¿Crees que estoy bien?

—La chica que me gusta hizo lo mismo conmigo. —Respondió.

—Es una idiota, te ves como un chico genial.

—Tú igual. —Le respondió. —Idiotas lo que no pueden ver más allá del físico de una persona.

—Bueno, yo creo que eres muy lindo. —Ambos se sonrojaron

—Oh, gracias. —Le respondió tímido Alan. — ¿Cómo te llamas?

—Soy Sarah. —Le dijo. — ¿Y tú?

—Alan.

—Lindo nombre Alan. —Le sonrió. El rubio intentó responder pero se vio callado con la presencia de Sierra Harris frente a él. Sarah notó la expresión en el rostro del rubio, sabía que esa era la chica de la que él había hablado. —Creo que debo irme, dejaré que hablen.

—Gracias. —Le dijo la castaña a la chica que luego se alejó de ellos.

—Sierra. —Dijo Alan mirándola. Sierra no respondió sólo se agachó frente a él lo suficiente para estar cara a cara, tomó con ambas manos su cara y la acercó a ella logrando así besar al rubio. Alan no hizo nada para separarla, sólo quiso sentir sus labios, quería disfrutar ese momento, ella le sonrió cuando se separaron.

—Feliz cumpleaños Alan, espero que te haya gustado mi regalo. —Y ella volvió a besarlo.

Su triste día se había convertido en algo increíble pero no le duró mucho cuando al día siguiente, al llegar a su clase de francés le intentó hablar y esta sólo lo ignoró y se burló de él. No comprendía por qué luego de haberlo besado, ella se comportaba de esa manera. Hasta que se dio cuenta de que todo era una broma que había hecho y él había sido su pequeño bufón. Sierra le hizo la vida imposible desde ese día y Alan decidió odiarla desde entonces.

Demuéstrame tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora