31

3.9K 539 81
                                    

La noche del baile había llegado, Sierra se encontraba en su habitación con Angela terminando de alistarse para ir, Zac y Cory estaban esperándolas abajo. La puerta sonó y de ella apareció Miles con una linda sonrisa en su rostro. —Estás hermosa Sierra—Le dijo. —Igual tú Angela.

—Gracias pequeño. —Le respondió su hermana para revolverle luego el pelo. Este se quejó haciendo que ambas chicas rieran.

—Zac me mandó a apurarte, dice que seguro estás bien y que sólo quieres tardar en llegar para que Alan te vea entrar. —Le dijo. —Cory no dijo nada al respecto, sólo se rió así que creo que no le importa el tiempo que están tardando.

—Dile a Zac que puedo decirle a mi madrina que se ha portado mal conmigo y que no lo deje ir a Chile con su hermana.

—No harás eso ¿verdad?

—No, sólo quiero que él crea eso. —Su hermano asintió y junto a ellas bajó las escaleras. —Ya estamos listas, podemos ir al baile.

Cuando entraron al salón, todas las miradas se fijaron en ellos, Sierra sonrió y buscó con la mirada a Alan y encontró que él también la estaba mirando. El corazón del rubio se había acelerado al verla, estaba simplemente hermosa, ella sin duda había hecho que su corazón diera un salto y quería ir a hablarle pero no podía, él estaba con alguien más en ese baile, sería descortés no prestarle atención por lo que decidió voltear y dejar de verla. Sierra lo notó y cuando el público se dispersó y alejó su atención de ella, tomó el brazo de Zac y lo llevó junto a él.

—Hola Alan. —Le dijo, Alan volteó a verla y casi se le cae la bebida de los nervios. —Estás muy guapo.

—Gracias, tú también estás linda. —Se sonrojó. —Viniste con Zac, que genial.

—Tú con Irene, interesante. —Zac los vio con media sonrisa, tal vez disfrutaría un poco ese baile.

—Voy por algo de beber. ¿Quieres ponche? —Sierra asintió. — ¿Me acompañas, Alan? —Él asintió y se fue junto a él a la barra, Sierra se quedó junto a Irene.

—Lindo vestido. —Le dijo Irene. —No sabía que te gustaba el azul.

—Resalta en mí el color. —Le dijo orgullosa. —Y a Alan le gusta. —La miró con su típica sonrisa de superioridad. Irene sabía que era cierto, había notado la reacción de su acompañante justo cuando ella entró y deseó que él algún día la viera de esa misma manera.

—Me alegro por ti. —Dijo sarcástica. —Lástima que es mi pareja y no la tuya.

—Por ahora Irenita, disfruta tu noche. —Le dijo y se alejó de ella. Caminó hacia la barra y sólo vio a Alan. El dj colocó algo lento y muchas parejas estaban en la pista bailando, sonrió por eso. Tocó el hombro del rubio.

— ¿Quieres bailar Alan? 

Demuéstrame tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora