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Beso tras beso, sí, eso era lo que habían hecho toda esa tarde. Sierra estaba recostada en las piernas del rubio mientras él jugaba con su cabello y charlaban de cosas sin sentido. Era un momento lindo, cada uno había deseado estar así desde hace ya tres años y por cosas de la vida no habían podido hasta ahora.

—Tu pelo es tan suave. —Le dijo el rubio, Sierra sonrió y se levantó. Se acercó un poco a él y le dio un corto beso en sus labios.

—Eres una dulzura, Alan. —Él frunció el ceño.

—A los chicos no nos gusta que nos digan dulzura. —Le dijo. —Si quieres llamar a alguien dulzura, que sea a tu hermano no a mí. —Sierra se rió y acarició su mejilla. —Eres hermosa.

—Lo sé. —Él se rió. Miles tocó la puerta para luego entrar a su habitación junto a Marvin.

—Hola tortolos. —Les dijo. —Marvin y yo estamos aburridos por lo que creímos que serían buena idea venir a molestarlos.

— ¿Jensen y Maia no podían venir a pasar el rato contigo? —Le preguntó Sierra.

—Maia tiene que ir al médico y Jensen está de viaje en la casa de su abuela. —Le respondió. —En conclusión, tendrán que soportarnos. Pero no se besen mientras estamos, Marvin es muy joven aun.

—Marvin tiene una vida amorosa más activa que nosotros tres juntos. —Respondió Alan y Miles rió.

—Pues sí, pero sigue siendo joven.

—Como sea. —Respondió Sierra. —No lo montes en mi cama. —Miles asintió y se sentó en uno de los sillones que estaban en la habitación.

— ¿Alan sabe lo de Zac?

— ¿Qué?

—Nada, ya no estoy saliendo con él. Es eso. —Le dijo rápido la castaña.

—Fue una táctica para estar contigo.

—Miles...cállate.

—Pero Alan ya lo sabe—Sierra frunció el ceño y volteó a ver al rubio y él asintió.

—Bruno me explicó su trabajo y para asegurarme hablé con Miles para que me pasara el número de Zac y él fue quien me contó todo. —Le dijo. —Hiciste que me pusiera celoso de tu primo.

—Oh. —Le dijo. —Ya que nos estamos sincerando, te mentí con la amenaza que había hecho con tu madre al principio. —Le dijo. —No conozco a su jefe, sólo jugué con tu mente para hacerte creer eso y poder estar cerca de ti.

—Eres un ser cruel y despiadado. —Le dijo. —Me encantas. —Le sonrió y ella lo besó rápido. Miles hizo sonidos de asco provocando una risa de parte de ambos.

—Esperé mucho para estar contigo.

—Créeme, yo igual.  

N/a: Amo mucho a Sierralan pero este capítulo es bueno sólo porque salió Miles, chao.

Demuéstrame tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora