Demuéstrame tu amor

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—Entonces, si sacas el logaritmo de 540, la respuesta debería ser igual que la suma de todo los decimales que están en esta tabla. —Le dijo Alan a la castaña, Sierra asintió sin entender lo que él le había explicado. — ¿Entendiste?

—No. —Le dijo, Alan suspiró.

—Bien, ¿Qué parte no entendiste?

—Todas. —Alan volteó a verla, ¿Estaba hablando en serio? Suspiró sin frustrarse y decidió comenzar otra vez.

—Te lo explicaré en términos con los que entenderás. Un número imaginario es un vestido de Gucci en oferta.

—No existe.

—Exacto. —Le sonrió. —Sin embargo tenemos que trabajar con eso, por lo que necesitas darle un precio. Que sería la raíz cuadrada de lo que de verdad cuesta y con ese número, sacas el logaritmo, en tu caso logras tener la oferta que está entre un límite de precios a los que tú llamarías accesibles. —Sierra observó como el rubio explicaba tan tranquilo, y de un momento a otro su atención no iba dirigida a él, ya no lo escuchaba, sólo pensaba en cómo podía hacer lo que en ese momento deseaba, no le importó nada y lo hizo, ella lo besó.

Alan se sorprendió sin embargo no tardó mucho tiempo en seguirle el beso a la castaña, vaya, tenía mucho tiempo que no la besaba y aunque él no lo admitiera, la extrañaba. Ella se alejó un poco para verlo y le sonrió, él sólo se sonrojó ante eso y volvió acercarse para besarla.

Luego de que terminaran ella lo abrazó y él se quedó estático sin saber que hacer realmente. Se habían besado, dos veces. Él había besado a Sierra Harris y le había gustado, sin embargo se alejó de ella.

— ¿Por qué lo hiciste? —Preguntó nervioso, no quería volver a caer, no ahora que se sentía fuerte a su lado.

—Porque quise hacerlo.

—Pero a ti te gusta Zac.

— ¿Cómo estás tan seguro de eso?