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— Pensé que habías dicho que Nina era la primera chica que te había gustado. —Le dijo Bianca a Alan, estaban en la habitación de Bruno, él había llegado al día siguiente de que aquel desconocido se le había acercado y terminaran hablando de sus problemas amorosos.

—En realidad mentí como el cobarde que soy. —Respondió el rubio, Bruno lo abrazó por la espalda.

—Tranquilo mi amor, yo te amo así. —Le dijo para darle luego un beso en la mejilla, Alan lo empujó provocando que se cayera de la cama. — ¡Animal! ¿Por qué siempre debes aplicar la fuerza conmigo? ¿No ves que me duele? —Su novia rió ayudándolo a levantarse.

—Estoy intentando tener una conversación seria con ustedes y vienes y me sales con esa cursilería. —Se quejó. —Y no seas llorón que no te golpeaste fuerte.

—Ajá, claro. —Se cruzó de brazos. —Ahora tendrás que comprarme un helado de Vainilla para estar a mano.

—Trato. —Estrecharon sus manos y luego Bruno sonrió.

—Entonces sí te gusta Sierra. —Alan negó. —Entonces aun no admites que sí te gusta Sierra.

— ¿Qué saben de Jill Reynolds? —Les preguntó a ambos.

—Sé lo obvio, excapitana del equipo de animadoras de la secundaria, está ahora estudiando creo que Diseño de modas en Nueva York, participó en la semana de la moda en París y...—Bianca iba a continuar cuando Bruno la interrumpió.

—"Sé lo obvio" —Hizo comillas con sus manos. —Casi que cuentas toda su vida, linda. —Alan rodó los ojos por el momento cursi que sus amigos estaban teniendo.

—Me refería que saben de ella sobre la secundaria, ¿Qué le hizo a Sierra?

—Sé que Jill era como mandona, le gustaba que todo fuera como ella quería, imagino que Sierra quería hacer algo que no estaba en los planes de ella y se molestó. —Le dijo Bruno.

— ¿Ese algo podría ser intentar salir conmigo?

— ¿Sierra intentó salir contigo? —Preguntó Bianca curiosa.

—Pues como tal no, pero dijo que nunca quiso rechazarme y todo eso. Que lo hacía para protegerme de Jill, entonces me puse a pensar, ¿Por qué tendría que protegerme si yo no le gustaba? Y llegué a la conclusión de que en realidad sí lo hacía y Jill impidió que eso pasara. —Ambos chicos se miraron sorprendidos.

—Eres un genio, Alan. —Le dijo Bianca feliz. —Ahora podrán ser novios y darse besos a cada rato. —Alan rodó los ojos por ese absurdo comentario.

—Ella sale con Zac, y por más que esté en contra de eso, no puedo hacer nada para detenerlo.

Demuéstrame tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora