{Novela en proceso de edición}
PRÓLOGO PRIMER LIBRO:
[Historia basada en personajes reales, igualmente que algunas de las escenas de ésta. Los nombres y características de los personajes no han sido cambiados]
Es increíble tener en tu mente que en m...
— Esa personalidad nunca cambia, con nadie...—Dijo Jazmín mientras negaba con la cabeza.—Igualmente hacen una buena pareja.—Sonrió.
—Ya vuelvo.—Avisó Lucas.
Esperé a que Lucas se alejara para seguir conversado con Jazmín, pero ella empezó con sus preguntas y no pude evitarlo.
—¿Qué sucedió en estos años con él?—. Miró pervertida.
Sonreí.
—¿Por qué te interesa tanto?—. Alzó una ceja.—Compramos una casa, tuvimos a Micaela, y nada más, supongo.
Sinceramente no entiendo porqué hace estas preguntas.
— En estos seis años, ¿cuántas veces tuvieron...? Tu sabes.—Reí.— Desde que terminó todo, es como que estoy en una relación y quiero ver si todo va normal.
¡Ya todo tiene sentido!
—Bueno, en ese caso...—Arrimo la silla y susurro.— Siempre fue, no sé, tres veces al mes.
—Oh, Aylen...— Sonrió.—Y en uno de esos se rompió el condón y nació Micaela.—Rió.
—¡No, estúpida! Ella fue planeada.— Asintió.—En fin, ¿se puede saber quién es tu noviecito?
—Al que se le rompió olvidó la protección y ahora estoy de tres meses.
Abrí los ojos.
—¡Te felicito!—. Me acerqué a abrazarla.—Aunque sigues siendo estúpida por lo de la protección.—Reí.
—¿Qué sucede que hay tantos abrazos?
Lo miré.
Me acerqué a él y le dí la noticia con una gran sonrisa:
—Jazmín está embarazada.
Sonrió y rápidamente dijo:
—Felicidades, Jazmín. Ahora, no me desees, por favor.—Rió.—Estás embarazada, y por más que quisiera...
Lo interrumpí.
—¿Perdón?
—Lo cual no es el caso.— Me miró.
—¡Qué!
—Es joda, bebé.—Me abrazó.—Ya, dejemos esto acá.
—Deja, este idiota no me atrae.— Recalcó Jazmín.—Oigan.—Se levantó del asiento y preguntó:—¿Puedo llevar a Mica a pasear?
—¿A mi hija? No, no te la llevas de acá.—Informó Lucas.
—Deja, él es muy sobreprotector. Llévala.
—No—. Negó—. También es mi hija, tengo derecho a tomar las decisiones.
Jazmín llamó a Lucas para que se acercara.
Los miré confusa.
¿Qué se están diciendo?
Él vuelve y acepta:
—Bueno, dejo que vaya.
Busqué a Micaela y la llevé a la habitación junto a Lucas para que la cambiemos.
—Ponle esto, Aylen.—Miré su opción y rápidamente lo negué.— ¿Por qué no?
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—Es muy colorido. Además sus colores son muy brillantes.— Sonreí.
—Nunca cambias, mi amor.—Me besó.
—Bueno, haber, ¿qué le podemos poner?
—Mica, te comportas bien, ¿Bueno?—. Sonrió.— Y tu, Jazmín... Recuerda que tiene dos años.
—No soy estúpida.—La miré sería.— No tanto.
—Toma, la llave.— Le pasé la llave de la puerta.
Ellas se fueron y Lucas se fue hacia la habitación.
—¿Lucas?
Nunca respondió...
—¡Ven!
Retiro lo dicho.
Me dirigí a la habitación y pregunté:
—¿Qué sucede?
—Un día más, se llena de color y tu vendrás llevándolo de amor, ya no me preocupa cami...
Lo interrumpí.
—Mira, odio los temas lentos.
Me miró defraudado.
Reí ante su gesto.
—Siempre arruinando todos los pequeños detalles que quiero hacerte.
—Sabes que te quiero, pero sinceramente no aguanto esos temas.
—Dime algún tema que te guste.
Me sonrojo al decirle qué era lo que escucho:
—Deberías de saberlo: rap.
—¿Alguna otra cosa más romántica?—. Negué.—Bueno, ¿quieres acostarte? No sé tú, pero yo estoy cansado. Micaela no nos dejó dormir en toda la noche.
—El que quería un bebé eras tú.— Sonreí.
Nos acostamos y, cuando estaba a punto de caer en un sueño, se escucharon unos ruidos provenientes de la cocina.
—¡La puta madre! ¡Ya no se puede estar con tu pareja!
Reí, no sabía que quería eso.
—Voy a ver.
—No, deja. —Me detuvo—. Voy yo.
Acepté.
Pasaron dos minutos y él no había vuelto.
Me levanté y decidí ir a ver.
Me arrime desde el living y lo encontré viendo vídeos en el televisor.
Me acerco y coloco mis manos en sus hombros.
Él pega un pequeño salto y se voltea.
—Mi amor.—Me besó.—¿Sucede algo?
—No, me preocupé porque no venías. ¿Qué ves?—. Miré hacia el vídeo.
—Ven.—Me acerqué y senté sobre sus piernas.—¿Te acuerdas? Lo grabé en el hospital, cuando nació Mica.
Sonreí.
Se me vinieron todos los recuerdos de aquél día.
Flashback.
— Todo va a estar bien, no te preocupes.
Me llevaron a la sala de operaciones y, mínimo, la cesaria duró unas dos horas. No fue tan agradable. Tan sólo quería irme.
Pero, lo más hermoso fue cuando me pasaron a Micaela para verla. Muy bonita mi hija. Nunca creí que tendría un hijo, ¡pero mira ahora! Nadie sabe lo que hará en el futuro, ni aunque lo planee en el presente.
Rápidamente viene Lucas y la recibe con una gran sonrisa.
—Nuestra bebé, Aylen.—Soltaba lágrimas.
—No llores, amor.—Limpié sus lágrimas.
Fin de Flashback.
Que lindos recuerdos.
— Ese día fue muy especial, ¿no crees?
—Sí, mi amor.—Me miró extraño.
— Nunca me dices sobrenombres, sólo cuando estás en tus días.—Reí.— Bueno, también cuando estas de buen humor o emocionada.
—Entonces...
— Aylen.—Sonrió. —Vamos a acostarnos.
Me alzó como "noche de bodas" y llevó a la habitación.