Atrapados En La Escuela. © [Libro 1 y 2/Editando]

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Mi prima... Oh, no.

Hace tiempo no hablo con ella, y la última vez que lo hice, fue en una discusión.

Intenté salir de la habitación, pero la cerradura me lo impidió, ¿quién le cerró la puerta con llave? ¡Por favor, estúpidos!

Toqué la puerta mientras gritaba, pero creo que nadie logró escucharme.

— ¡Hijos de puta, abran!— Insulté.— Por favor, saben que le tengo temor a esto...— Las lágrimas empezaron a caer mientras me deslizaba en la puerta.

La electricidad se cortó.

»¿Temor? Aylen, nunca supe tu fobia. Se me hacía realmente difícil saberlo, pero ahora lo conseguí.«

Maldita sea.

Ella volvió.

— Por favor, Conciencia. Sácame de aquí. ¿Te acuerdas de los traumas que tengo desde hace seis años?... Nunca pude superarlos.

Nadie contestó y el show siguió con temblor.

Me tiré abajo de la cama y permanecí ahí hasta que se detuvo. Es decir, estuve unos diez minutos.

Salí e inmediatamente alguien tocó la puerta.

—¿Aylen? ¿Qué estás haciendo?

No reconocí esa extraña voz. ¿Era Milagros?

Me acerqué y pregunté:

— ¿Quié-quién e-er-eres?

Abrió la puerta.

— Hace diez minutos estás ahí, ¿qué hacías?— Preguntó... ¿Micaela?

Abrí los ojos completamente. Otra vez conciencia hizo pasar el tiempo. ¡La jodida puta madre!

— ¿Dónde está Lucas?—. Decidí cambiar de tema. Tal vez era alguna familiar que trajo conciencia, ¿no?

Me señaló el pasillo. Me dirigí hacia nuestra habitación, era lo más seguro.

Toqué, aunque de todas formas abrí.

— ¿Lucas?

Estaba sentado en la cama. Dirigió su mirada hacia mí, sorprendido.

— Por fin, amor.— Se levantó.— ¿Qué hacías en encerrada en  la otra habitación nuestra?

Eso no le interesa.

— ¿Qué edad tiene Mica?—Cambié el tema.

Me miró extraño.

— Ya está grande, cielo. ¿No crees?

¿Qué quiso decirme con eso?

— ¿¡Qué edad tiene!?—. Exigí que contestara.

— Dos años, Aylen. ¿Cómo es que no te acuerdas?