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Vamos corriendo hacia donde sentimos la voz; el patio ancho y largo de 7°.

Cuando llegamos, Luzmila pregunta:

—¿Qué pasa, profe?

No responde.

Espera a que llegan todos para avisarles:

—Miren chicos, como ya saben, estamos atrapados. Necesitamos que el que pueda ayudar con algo, lo haga. Existe la posibilidad de estar aquí adentro durante un buen tiempo, y nadie quiere eso. ¿Cierto?— Informa.

Me quedo parada mirando el suelo pensando, no sé si decirle a la profe, no estoy segura.
Luego de pensarlo bien, decido decirle. Falta poco para que oscurezca y todavía no hemos encontrado el libro.

—Maestra, yo tengo algo que podría ayudarnos a salir—. Confieso.

—¡Ey!¿Qué cosa?— Interrumpe Marcos mientras se acerca y pone su codo sobre mi hombro.

Me volteo y lo veo con cara de "¿Qué haces acá?"

Marcos siempre haciendo lo mismo, tengo una buena amistad con él. Realmente es muy alto, pelo oscuro, ojos marrones, gracioso.

En fin, decido responderle:

—Cuando me caí allá en el baño, tuve un sueño sobre esto—. Quedan mirándome confundidos.—El sueño me ayudó a encontrar esta pista. Estás cartas probablemente nos ayuden a salir.— Les digo mientras les muestro la carta.

—Pero, esta hoja esta vacía—. Realmente su respuesta no me asombró, en ningún momento olvidé que solo yo puedo leer éstas.

—No esta vacía, solamente puedo leerla yo. Parezco una psicópata, pero es verdad lo que estoy diciendo.— Informo.

—¿Puedes comprobarlo?

—Si, pero para comprobarlo necesito encontrar el libro "Destroza este diario", ¿Te acuerdas que hace una semana te lo mostramos? Bueno, ese puede ayudarnos a salir, tenemos que encontrarlo.

— Está bien—. Responde.

La seño Melina decide llamar a todos para avisarles. Inmediatamente empezamos a buscarlo.

Corrimos de patio en patio, dimos vuelta la biblioteca, revisamos el quiosco, buscamos en los salones... En ningún lado se encontraba este libro que tanto estamos necesitando.

—No está por ningún lado... Ya no creo que lo encontremos.—dice Marisol.

— ¿Quieres quedarte encerrada acá? Pues, yo no.—Contesté. 

—No nos queremos quedar, pero no sabemos donde está.—dice Luzmila.

—¡Profe, lo encontré!—grita Natali bajando de la escalera que se dirige hacia la biblioteca.

—Dámelo, Natali.—le digo mientras corro hacia ella para agarrarlo.

—Se lo doy a Melina, Aylen—. Su tono no me agradó. 

De tan buenas amigas que somos, decido patearle la rodilla. Cae al suelo permitiéndome agarrar el libro.  Busco la segunda pista, no la encuentro.

En ese momento Jazmín grita:

—¡Asesina, asesina!.—grita sarcásticamente.

Cuando estoy a punto de responderle, unos ruidos extraños nos dejan en silencio.

Escuchamos ruidos tenebrosos, quedamos confundidas y a la vez empezamos a tener miedo.

—Eh, es mejor que vayamos—. Obligo y vamos todas corriendo hacia el patio.

Cuando estábamos ya cerca de los tres escalones para llegar al patio, Marisol que iba delante mío se cae. Me quede paralizada, algo la había tomado del pie y la tiro, yo lo vi todo.

—¡Marisol!¿Estás bien?—le pregunto gritando del temor.

—Si, algo me tomo del pie e hizo que me caiga. No me caí sola.

—Lo sé. Lo vi.— Respondo.

Atrapados En La Escuela. © [Libro 1 y 2/Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora