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—¿Pero, qué es eso?—susurro tratando de hallar una respuesta.

»Ah, eso... Claro.«

—¿Claro qué?

»Tu molesta directora trataba de entrometerse, solamente hice lo correcto, ¿No?«

No respondo y corro hacia la camisa manchada del otro lado del patio. Marisol, Luzmila, Giuliana, Jazmín y Aien... Noto sus rostros, no entienden nada.

—¿¡Qué es eso!?—grita Marisol.

—¿Acaso no lo ves, pedazo de pelotuda?Ja ja ja. Alguien murió, creo. —dice riéndose Aien.

—Basta.—ordeno cortantemente.

»Ve hacia el pasillo, tu sabrás donde es. Hace siete años vienes a la misma escuela.«

—No soy idiota—. Susurro—En fin, vengan. Vamos al pasillo.

Antes de irnos decido esconder la camisa manchada, entonces me doy cuenta que no es una camisa, es un guardapolvo.

Al pasar por el pasillo no hay nada extraño. Claro, capaz que sea el pasillo de alado, ya que hay dos.

—Pero, acá no hay nada. Siquiera se qué estás buscando, Aylen. Nosotras solo te seguimos.—confiesa Luzmila furiosamente.

La miro sin gesto alguno y voy rápidamente hacia el otro pasillo. Apenas entro, cae un cadáver del techo; mi directora fue ahorcada.

Caigo para atrás del susto que me dio ver ese cadáver salir de la nada. ¿Pero qué? Es lo único que pienso.

»Ya no te molestará, ¿Satisfecha?«

—¡Yo nunca te pedí esto!—grito.

»No, pero lo pensabas.«

—¿Yo pensaba esto? Vaya, estas realmente mal.

»¿Quieres otro muerto?Solamente tienes que decirme quien.. O, ¿Acaso quieres a tu noviecito?.. MUERTO.«

—No tengo novio, idiota—. Susurro.

Me parece raro que todavía no estén acá mis amigas, o, ¿Decidieron quedarse ahí y dejarme mí espacio?

Voy de vuelta y veo a Giuliana con el libro en manos, así que le pregunto:

—¿Qué haces con el libro?Giuliana.

—No lo se... Es que recién cayo de la escalera.—Contestó.

No le digo ni una palabra y bajo la mirada a mis manos. Sangre, llenas de sangre.

—¿¡Qué pasó Aylen!?—grita preguntando Jazmín.

—María Ines murió. No se porque tengo sangre en mis manos, yo no la maté.—confieso.

—Bueno, en fin. ¿La seño Meli?—pregunta Luzmila.

—No lo se. Debe estar en el patio.—dice Aien.

Vamos hacia el patio y entonces que veo a Lucas sentado en la escalera, no se nota muy feliz.

Marisol me susurra:

—Anda con tu novio, Aylen.

Me volteo y la miro confundida, ¿Novio? Claro que no. Somos unos completos desconocidos, o al menos eso tratamos.

—Bueno, al menos anda a ver qué le pasa.—me dice—Le encantaría verte—. Susurra, aunque pude escucharla.

Decido hacer como que no logré escuchar lo que dijo "Le encantaría verte" y le hago caso... Aunque no quiera, tal vez esté tan mal emocionalmente como yo, claro, yo trato de esconderlo. Me esta resultando perfecto.

Voy hacia él y pongo mis manos en sus hombros, él pega un salto y se voltea, ¿Qué pensará al verme?

—¿Qué haces aquí? Pensé que estabas enojada... Conmigo.—confiesa.

—No estoy enojada, estaba un poco incómoda. Tu sabes... Supongo que no has podido olvidar lo que paso entre nosotros después del campamento, igual que yo.—le digo bajando la mirada a mis manos, ya no están llenas de sangre.

—Claro, no lo pude olvidar. Me sorprende que tu tampoco.—continúa confesando.—¿Sigues sintiendo lo mismo por mí?

Yo solo vine a averiguar porque esta acá solo, no para que hablemos sobre lo que nos había pasado antes. Lo que nos pasó, y sigue pasando.

—¿Por eso estás triste?—pregunto mirándolo confundida.

—Ya sabes porqué.— manda una indirecta.—Parece una idiotez.. Pero tampoco soy tan pelotudo.

Largo una carcajada.

No sale ni una palabra de sus labios, no le cayó muy bien mí respuesta hacia lo que había dicho él.

Me volteo hacia él, dirige su mirada hacia mí. No deja de mirarme fijamente, me siento incómoda.

Decido levantarme y él hace lo mismo. Antes de poder irme me dice:

—Aylén, no me daré por vencido. Tu me conoces, creo.

—Trata de hacerlo, ya que será complicado si se trata de mí.—aviso.

—Bueno, ya lo veremos, ¿No?

Se acerca y me abraza, no lo impido. Es mejor que lo que hizo antes.

—Ya, basta Lucas.

Me voy y lo dejo a él solo, como estaba antes. Me dirijo a el patio, donde me estarían esperando Jazmin y las demás.

—¿Qué paso?¡Aylén!—empieza a gritar como una loca Marisol.

Atrapados En La Escuela. © [Libro 1 y 2/Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora