Atrapados En La Escuela. © [Libro 1 y 2/Editando]

31

— Estás loca, Aylen.— Dice Giuliana que se encontraba detrás de Debra.— Bueno, siempre lo has estado.— Corrigió.

— La única loca aquí eres tú.— Contraataqué.

Me puse de pie y apunté directo a su frente.

— Bonita, calmate. No hagas estupideces.

»Obedece a Lucas.«

—No tengo porque obedecerle a nadie.— Afirmé y apreté el gatillo.

Directo en su ojo izquierdo, ahí fue la bala.

Todos retrocedieron.

— Calmate, ¡Loca!— Gritó en tono burlón Benjamín.

¡Lo que faltaba! Apunté hacia él.

— ¡No!— Lucas me quitó el arma.

— ¡Lucas! ¡Es mía!

Se colocó frente a mí y me dijo:

— Mira.— Señaló a nuestros compañeros.— Tan solo somos treces... Doce, ya que mataste a Giuliana—. Corrigió.— ¡No puedes matar a nadie más! Por favor, pequeña.

Debo admitir que, me molesta que me ordenen, pero en este caso, Lucas tenía razón.

— Está bien. Pero si alguno me molesta... Pobre de él.— Amenacé.

Asiente.

— ¿Son pareja?— Preguntó Camila.

Nos miramos y él respondió:

— Sí. ¿Algún problema con eso?

» Oye, oye, tranquilo... No creo que ella quiera robarte a tu novia.«

Reí brevemente.

»Ella quiere robarte a tu novio.«

Conciencia terminó su frase.

Camila se acercó bruscamente a Lucas y lo besó.

¿Qué le pasaba? ¡Pensé que era una broma lo que conciencia estaba diciendo!

»Seguiré: Él no se dejará enamorar por ella.«

Él la empujo y Camila cayó al suelo.

»Ahora, su amistad se da por terminado.«

— Nunca más hagas eso, maldita zorra.

No creía nada, nunca escuché a Lucas hablar así.

Tampoco a conciencia adivinando que sucedería.

Lucas se dirigió a mi lado y colocó su brazo en mi cuello.

— Creo que ya es hora...

— Sí. Yo también lo creo, Aylen.

»¡Sigamos! Tienen que ir arriba de edificio al cual se le denomina "Monumento". Luego, tendrán que hablar con el que sea presidente para formar un trato y evitar que todo siga empeorando.«

— Pe-Pero, ¿Si no quiere?

»Querrá por las buenas o por las malas, Aylen.«

— Y luego me dices asesina...

»Es diferente.«

La ignoré.

— Aylen, podemos ir todos. Tal vez necesitas nuestra ayuda.

— Claro Marcos, ustedes nos acompañan.

Mientras nos acercábamos al edificio, todos nos hacían preguntas de todo tipo: "¿Por qué son novios?", "¿Qué le sucedió a la ciudad?", ¿Con quién te susurrabas mientras mirabas al suelo?", "¿Desde cuándo crecimos tan rápido?", y miles más.

— No tengo respuesta para todas, chicos.

Lucas, que estaba delante, se frenó y apuntó al edificio.

— Llegamos.

Asiento y todos corremos hacia el edificio.

— ¿Cuánto falta?— Preguntó Dante.

— Vamos por la mitad.

Me apuro a subir rápido, no quiero estar años en las escaleras.

De despistada o de la prisa que tenía, pisé mal un escalón. Esto provocó una caída de, mínimo, veinte escalones.

Claramente, caímos todos.

Me levanto y todos igual.

— ¿Estás bien, Aylen?

— Sí, no fue nada—. Le respondo a Lucas.— Sigamos.

» ¡Cuidado con los escalones!«

— Medio tarde, ¿No crees?— Susurro mientras miro cada escalón antes de pisarlo. 

»¿Quiéres que te diga algo?«

Me detengo y pregunto:

—¿Qué quieres decirme?

El edificio automáticamente empezó a temblar.

La verdad, no sé si esto lo tramó ella o es tan solo una coincidencia.

— ¡Bajemos!—. Gritaba sin parar Debra.

— Creo que hay que subir. No estaríamos tan a salvo como lo estaríamos abajo, pero, ¿si no llegamos a tiempo?

— E-Está bien.

Empezamos a subir más rápido de lo que habíamos subido hasta el momento.

Lamentablemente el tiempo no ayudó. El edificio se derrumbó antes de que podamos llegar todos arriba.

Igual, caímos todos. Estamos en los escombros... Y se nos hace imposible moverlos, son muy pesados. Y, el tamaño tampoco ayuda.

Ya estaba empezando a quedarme sin aire.

— Aylen...—. Lucas logró sacar el escombro que tenía encima.

Salí rápidamente y empezamos a ayudar a todos.

— ¡Ayuda!— Gritaron, se notaba rota aquella voz.

Me volteo y lo veo: Es Benjamín con un fierro atravesado en la frente.

Nada bonito.

— ¡Por Dios!— Me acerco a él e intento quitárselo lo más suave posible.

»¡Si él sigue gritando así, no podrás!«