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-Es un Death Note.- Dije con asombro-. ¿Dónde dijiste que lo encontraste?

- En la calle, Aylen.

Lo sujeté bien fuerte.

- Tenemos que deshacernos de esto. Mica no puedo tocarlo.- Bajó la mirada.- Yo me encargo. Lo tiraré a la basura.

Lucas me pasó el sobre, coloque el Death Note dentro de éste e inventé una excusa para salir y poder tirar esto. Aunque claro, antes busqué mi mochila para guardar la libreta.

Cuando llegué al basurero más cercano, estaba a punto de tirarla cuando me pregunté:

- Esto...¿servirá? Por que si no lo hace, que lo guarde no haría ningún problema.

Busqué rápidamente un bolígrafo en mi mochila. Justamente tenía uno en el bolsillo izquierdo, ¿coincidencia? o, ¿conciencia?

-Por favor, claramente yo dejé la libreta a la vista de Lucas. Y claro, coloqué ese bolígrafo en ese lugar. ¿Creés que no te conozco?, sabría que lo probarías.- Sale por detrás del basurero conciencia.

Reí.

- Sí, me conoces bien.

Me miró alegre.

-Mejor que todos, Aylen-. Se acercó.- Desde que naciste, sé lo que piensas, como actúas, como eres, todo sobre ti. Hasta podría decir que, no sé, ¿te conozco mejor que vos misma?-.Confesó.

-Tal vez. Pero, ¿qué haces aquí? No pienso encerrarme en una escuela nuevamente.

Soltó unas carcajadas.

-¿En la escuela? ¡No! Estás vieja para eso... Ahora estarás, bueno, ya estás atrapada en la realidad. ¿Te parece mejor?

Negué rápidamente.

Ahora, lo más importante, ¿cuál es su nombre real?

La miré fijamente hasta que notó que quería escribir su nombre en la Death Note.

- ¿Me lo dirías?

- Me llamo Conciencia. Es mi nombre. Y, por cierto, no puedes matarme. Ya tuve mi vida, morí y ahora soy tu conciencia, querida.

Maldita sea.

Otra vez, empezar de nuevo otra vez, no quiero. Fue horrible hace seis años estar atrapada en aquella escuela, no quiero estar atrapada acá. Por un lado, estaría más libre, pero nunca sabes lo que puede llegar a preparar o suceder.

Tomé mi libreta y escribí "Mirtha Legrand", ésta vieja tiene como 90 años, nadie sospechará si es que en verdad fallece.

La guardé nuevamente y me volví a casa, quería ver las noticias. Seguramente no iba a morir, pero, ¿qué más da?











- ¡Llegaste, Aylen! ¿Dónde estabas?-. Pregunta Jazmín.

- Fui a cargar gasolina, ¿algún problema?

-- Tú y tu amor hacia los autos.

Reí.

- ¡Aylen! ¡Vení acá inmediatamente!-. Se escuchó el grito de Lucas furioso.

Nos miramos entre Jazmín.

- ¿Qué hiciste ahora?-. Preguntó susurrando.

Alcé los hombros, no tenía ni puta idea de lo que hice ahora. Eso sí, nunca escuché a Lucas así.
Me dirigí a la habitación y, apenas Lucas notó que lleve la mochila, la agarro bruscamente.

Atrapados En La Escuela. © [Libro 1 y 2/Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora