19

74 8 2
                                    

Me acerco hacía él y lo noto paralizado. Claro, no estoy muy feliz.

—¿ Qué acabas de hacer? — le pregunto con un tono furioso.

Abre la boca, pero, sin decir una mínima palabra.

A los segundos, atemorizado y con la voz rota, empieza a explicarme.

—N-no sabías q-que eras tú, Ay-Aylén.

Levanto una ceja y lo miro con un gesto aún más enojado.

— Eso pudo haberme matado. ¿No era qué me querías, Lucas?

Saque rápidamente una flecha y al arco que lo tenía cruzado por la espalda. Sin dudarlo, lo tengo a él de blanco.

Se aparta lentamente mientras ruega:

— Aylén, tú no me harías esto... Aylén, deja eso, Por favor.

Haría lo que sea.

— Detente. Detente o dispararé.

Obedecer era la única opción que tenía él. Lo hizo inmediatamente.
— Baja eso, ya me detuve.

Esta vez, la que obedeció fui yo.

— Ahora, quiero una respuesta coherente. — obligo mientras me acerco cada vez más a él.

— Esa es la puta verdad, ¡No me dí cuenta que eras tú, Aylen! — grita furioso.

Vuelvo a mi antigua posición rápidamente: Apuntando hacía el con la flecha y el arco.

— Te vuelvo a ver y no te salvas.—le advierto.

Decido dejarlo e irme a esconder; en un rato oscurecerá.

— Éste pozo es perfecto: Está oculto por unos arbustos. —susurro mientras entro con un extremo cuidado de no provocar un mínimo ruido.

»Mira qué hay en la mochila, tal vez te sea útil. Éste pozo esta sumamente oscuro.«

Obedezco.

En éste oscuro y silencioso pozo se me hacía imposible abrirla, hasta que luego de unos minutos, la detecté y pude lograrlo.

Metí mi mano y lo primero que sentí fue algo como un cilindro y de estatura media. Decido escanearlo con la mano y encontré un botón, sin dudarlo lo presiono y una luz salió de una parte de él cilindro.

— Una linterna, perfecto.

»Ahora, con la linterna puedes mirar que más hay en la mochila, acuerdate, trata de no provocar ruido«

No contesto y decido ver que más hay dentro de la mochila.

— La linterna, botella, guantes, galletas — nombrando los objetos mientras los sacaba. — , fósforos... ¿Y esto? ¿Para qué me sirve una lapicera y unos par de papeles?

»Seguramente servirá de algo, por algún motivo se encontraba en la mochila, ¿No?«

— Puede que estés en lo correcto.

Guardé los objetos nuevamente a su lugar y decidí, poco a poco, dormirme. Hasta que lo acepté y lo hice, quede dormida en un pozo totalmente escondido y oscuro.

Atrapados En La Escuela. © [Libro 1 y 2/Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora