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Pero aunque todo estuviera muy bonito es éste momento, mí conciencia nuevamente me volvió a advertir.

»Aylen, acá algo está mal.«

Me separé de Lucas.

Quedó confundido.

— Ya dime. Nadie te interrumpe—. Digo mirando el suelo, dirigiéndome a mi conciencia.

— ¿A qué te refieres, Aylen?

Automáticamente se puso nervioso.

Candela me observó y decidió irse a un costado a descansar.

Seguramente algo tenía que ver con él.

» Él te quería matar. No fue un incidente, aunque, claro, no lo logró.«

No lo podía creer. ¿Esto es una broma? ¿Quería matarme? Yo sólo creí en sus estupideces.

— ¿Por qué me querías matar? Dijiste que no fue intencional—. Bajo la mirada y prosigo.— Ya no me digas más mentiras, sólo dime la razón. O yo misma puedo averiguarla.

Suspirando dijo:

— Perdón, cariño.

Una lágrima caían de sus hermosos y entristecidos ojos.

— Ya basta de sobrenombres. No tenemos la amistad para eso—. Cortantemente respondí.

Mis sentimientos se apartaron y dejaron ver mi oscura personalidad.

Se limpió las lágrimas con la manga de su sudadera blanca.

— Si quise herirte, pero no matarte. —Confiesa.

Nos miramos seriamente.

No entiendo nada, todo es muy confuso.

— ¿Por qué?

Fue lo único que pregunte.

— No lo sé, ¿Ventaja? No sabría cómo responderte eso.

»No lo sabe.«

Miré directo a su mirada, decía la verdad. Se le notaba en sus hermosos ojos.

» Deja de mentir. Si no fuera por mí, no leerías su mirada. «

Solté una carcajada.

— ¿Tanto lío para sólo decirme eso?

— S-si...

Acá hay gato encerrado.

»Sola lo averiguarás

Y... Aylen, ¿Tú conciencia?

»¿Yo le importo? ¿Qué?«

— Seguramente.— susurro entre dientes.— M-mi conciencia está bien, creo. Gracias por preguntar.

— Que bien, me alegro.

Noté su respuesta muy entristecida.

»Dile si quiere conocerme, Aylen.«

Perfecto, mi conciencia enamorada. ¿Algo más falta?

Lo nombro y el rápidamente dirige su mirada hacia mí.

— ¿Te gustaría conocerla?— me mira confundido.— Si, lo que escuchaste. Yo tampoco sabía que ella era un espíritu aparte de mi conciencia.

Abrió los ojos completamente sorprendido.

— Claro. ¡Será un gusto!—responde sarcásticamente.

»Recuestate, así no dolerá cuando caías al suelo por mi culpa.«

Atrapados En La Escuela. © [Libro 1 y 2/Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora