8

54.8K 2.3K 55
                                    

– En serio no puedo creer que hayas estado a punto de... – le tapó la boca.

– Por Dios Alice, estamos rodeadas de gente, ¿cómo se te ocurre decir eso en alto? – Ya hemos terminado las clases y nos encontramos caminando hacia la salida – No debí de contarte nada.

– ¡Ay ya! Aria en serio no es para tanto – me empuja molesta – Allí está tu hermano yo me iré a quedar en la casa de Will. Bye – me da un beso en la mejilla y corre a donde esta Will.

Camino hacia el auto de Thomas; sin embargo, antes de abrir la puerta alguien me toma de la mano

– Hola, Aria verdad – es un chico de tez morena y ojos color miel, no creo haberlo visto antes.

– Eh... Si soy Aria y ¿Tú?

– Soy Benjamín, mira soy del salón de al lado – hace una pausa y mira al cielo, luego me mira de nuevo – Llevo preguntándome hace rato si ¿Quieres ir algún día por unas malteadas o un café?

¡Wao! Es el primer chico del instituto que me invita a salir, en este caso seguiré los consejos de Alice, ¿Por qué no? Solo iremos por unas malteadas.

– ¡Claro! Por qué no – le sonrió y él me devuelve la sonrisa

– ¡Perfecto! ¿Qué te parece el domingo?

– Por mí está bien – me giro para abrir la puerta del auto – Bueno nos vemos.

– Está bien, adiós.

Subo al auto y veo a Thomas frunciendo el ceño, está celoso, luego mira mi vestimenta.

– ¿Por qué llevas puesta ropa de hombre Ari? – su rostro muestra un poco de enojo – ¿Con quién estuviste anoche? – se recarga contra la puerta del auto.

– ¡Por Dios! Thomas – coloco el pequeño bolso del profesor atrás – Hoy me tocaba piscina y me he caído al agua y toda mi ropa se mojó – una pequeña mentira piadosa no hace mal – Entonces el profesor tuvo que prestarme de su ropa.

Achina los ojos - Espero que le devuelvas esa ropa a tu profesor el próximo lunes.

– Por supuesto que sí – ruedo los ojos – ¿Cómo se te ocurre que me quedaré con la ropa del profesor? – Aunque me encantaría poder quedármela - ¿Qué hay de almuerzo en casa?

– Mamá hizo espaguetis con albóndigas, cuando salí creo que ya no estaba - que rico tengo demasiada hambre, colocó un mechón de cabello detrás de la oreja – Ari, mírame – lo hago, pero al ver a donde está su mirada volteo – No me puedes decir que eso te lo has hecho al caer al agua.

Miró mis manos incómoda – Anoche en la fiesta salí un rato a tomar un poco de aire... – hago una pausa – Sentí que me tomaron del brazo y cuando volteé... Era John quien me estaba sosteniendo – su nombre salió de mis labios en forma de sollozo.

– ¡Y!... – no sigo – Aria dime ¿Qué pasó? – sube el tono de voz.

– Intentó llevarme con él, me halaba, le dije que no quería ir con él y cuando me soltó, sentí su puño en mi rostro y caí al suelo – seco las lágrimas que habían escapado y le cuento todo lo que paso hace un año.

– ¡Maldito hijo de puta! – Le pega al timón con sus manos – ¡Lo veo y lo mato! ¡Aria lo mato! Esto no se puede quedar así – me señala.

– Por favor, no se lo digas a mamá ni a papá, por favor, Thomas te lo imploro.

– Tranquila, eso lo harás tú – sostengo mi cabello y me recuesto de la ventanilla del auto. 

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora