Armando...
Recibo una llamada de Alice, Aria se encuentra en labor de parto. Estoy muy preocupado, es mi mejor amiga, sin embargo, no soy el padre de su hijo, no soy yo quien debe acompañarla en estos momentos. Me pidió que no lo hiciera, pero no puedo hacerle esto al verdadero padre de su hijo. Tengo que decirle la verdad, no puedo más con esta mentira.
Nathan...
Tengo el celular en la mano Aria me ha estado llamando; no tengo el valor para tomar la llamada o devolvérsela, Carol también me ha estado llamando y tampoco no quiero hablar con ella, no quiero hablar con nadie. Las pesadillas han vuelto, los temblores, las ansias. Me siento tan desesperado.
Me alejé de Aria porque no quería lastimarla con mi pasado si algún día estuviéramos a punto de tener hijos. No quiero pasar por ese dolor otra vez. Pero al alejarme de ella, al hacerle creer que no quiero nada con ella, solamente la he lastimado y me he lastimado a mi mismo y eso me enfurece, soy un imbécil, la amo y es la mujer de mi vida, quiero pasar mi vida a su lado y la he perdido, ahora está por formar una familia. Imágenes vienen a mi mente, el doctor nos informa a Any y a mí que el bebe no ha sobrevivido, todas las noches que Any lloraba desconsolada, abro la puerta del baño y encuentro pastillas sus manos. Quiero acabar con todo. Escucho que tocan la puerta y me levanto a abrirla.
– ¿Armando? – me sorprendo al verlo parado en mi puerta.
– Profesor – está un poco nervioso y alterado, juega con sus manos – ¿Puedo pasar? – señala a dentro.
– Si claro – me hago a un lado – ¿Pasa algo? – pregunto confundido.
– Es Aria – se rasca la nuca – Ha iniciado labor de parto.
– Oh... – siento otra vez el palpitar de mi corazón – ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con ella? – empiezo a caminar a la puerta para pedirle que se retire.
– Tal vez porque no soy yo quien debería estar con ella en estos momentos – me detengo.
– ¿Qué dices? – volteo.
– Hablo de que es su hijo – no entiendo lo que dice - Alice me ha llamado, Aria inició labor de parto.
– No entiendo lo que dices, no voy a dejar que me juegues esta brome...
– ¡Será papá! – Grita – Podemos hablar de esto luego; por favor vallamos al hospital, ya se ha perdido todo este proceso, no dejaré que mi amiga se arrepienta el resto de su vida por no dejar que el verdadero padre de su hijo esté presente en el nacimiento de su hijo.
Voy a ser padre... Son las únicas palabras que están en mi mente. Reaccionó y tomo las llaves de mi auto, ambos bajamos, él me dice en que hospital está Aria y subimos cada uno a nuestros autos, pero ahora no sé qué hacer, a mi mente llegan muchas preguntas ¿Qué pasa si muere mi hijo? ¿Qué pasa si muere ella? ¿Y si mueren ambos? No seré capaz de soportarlo, la amo mucho. Oh por Dios es mi hijo y siempre fue mío, estoy tan feliz y a la misma vez muy asustado.
Llego al hospital y me bajo del auto a velocidad, me encuentro con Armando y me dice en que piso está, yo corro mientras él me sigue. A llegar al piso una enfermera me dice que debo esperar en la sala de espera y al entrar están sus padres, su hermano y su amiga. Estoy cansado de correr, mas, eso no va a ser un impedimento, necesito verla. Su amiga me ve y se levanta, camino hacia ella.
– ¿Dónde está? – trató de respirar por el cansancio.
– Está en su habitación, una enfermera nos acaba de informar que la acaban de llevar a su habitación.
– ¿Nathan?... – escucho mi nombre y me giro, veo a Carol con unos bazos de cafés.
– Carol....
– Luego hablamos, entra tu hijo es más importante ahora – no tengo tiempo para preguntarle qué hace aquí ni de hablar con sus padres que están sorprendidos de verme aquí, cruzo la puerta que lleva a la sala de maternidad.
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Mi Profesor
RomanceAria Ripoll es una estudiante universitaria. En su primer día como estudiante en la Universidad se encuentra con Nathan. Aria descubre pronto que tiene sentimientos hacia Nathan y se niega sacarlos a la luz. Aria y Nathan finalmente deciden salir; p...