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Ya han pasado siete meses desde aquel día y mi embarazo ya es muy notorio; escucho que tocan la puerta y me levanto del sillón.

– Hola, cariño – me abraza mi madre – Tu hermano nos trajo.

– ¿Por qué tardabas en abrir? – pregunta Alice al pasar.

– Lo siento es que recordaba algo y... No escuche que tocaban.

– Esa barriga está grandísima – mi madre coloca sus manos es mi enorme vientre.

– Solo faltan dos meses para tener a mi pequeño en mis brazos – sonrió emocionada.

– Voy a estallar de la emoción – grita Alice y salta alegre.

– Tengo muchísima hambre, me prepararé algo ¿Quieren algo? – pregunto caminando a la cocina.

– ¡Oh no! Nada de eso – mi madre me detiene y me lleva al sillón – Yo te cocinaré algo, siéntate y descansa.

– Pero estoy cansada de estar siempre sentada – me siento.

– Eso no importa, no olvides que el doctor te dijo que tienes que tener reposo ya son los últimos meses – Alice ya está paranoica al igual que mi madre.

– ¿Y tú estás con ella? – señalo a mi madre.

– Ella tiene razón Aria – Alice y abre la nevera – No puedes arriesgarte el bebé se puede adelantar.

En eso siento que se mueve – se está moviendo ¿Quieres sentir? – ella corre emocionada y toca mi vientre.

– Es maravilloso – está emocionada y me mira con su rostro enternecido – Quisiera poder sentir que un bebé se mueve dentro de mí – ambas reímos.

– Oye y ¿Qué hay de Will? – Pregunto – La última vez que hablamos de él me dijiste que estaban teniendo problemas.

– La verdad, eso no funcionó – se encoge de hombros – Sabes como soy y él es muy aburrido, no quería salir a ningún lado.

– Bueno, aquí tienen – interrumpe mi madre entregándonos unos superemparedados.

– Mmm... Gracias madre – Mi emparedado favorito – te amo.

– Creo que pronto ya te harán un lado – dice Alice mordiendo de su emparedado – Consentirán a tu hijo y a ti te harán a un lado.

– Miró a mi madre – con cara de triste y ella se encoge de hombros.

– ¿Dormirán hoy conmigo? – las miro haciendo puchero.

– Si ¿Por qué? – pregunta mi madre sentándose en otro sillón.

– Tengo que ir a entregar mi folleto del curso de deporte. Ya estamos terminando los exámenes y no quiero entregarlo el último día de clases.

– Voy a llamar a Thomas para que venga por ti y te lleve – mi madre se levanta y toma su celular.

– No es necesario má tomaré un taxi – me levanto y coloco el plato en el fregador – Thomas debe estar muy ocupado.

– Bueno está bien, pero no tardes – se acerca a mí y acaricia y cabello – Y me llamas por cualquier cosa, estaré pendiente del celular.

– Ya regreso – voy a la habitación, me cambio y tomo el bolso.

– Pensé que irías más tarde – Alice entra a la habitación – Sabes que no ha ido en toda la semana al campus – se sienta en la cama – ¿Cómo sabes si estará en su apartamento?

– No lo sé – me coloco el bolso en el hombro – Se lo llevaré a Carol y ella puede entregárselo.

Me despido de mi madre y de Alice y bajo a esperar un taxi, cuando veo que viene uno le hago señas para que se detenga y cuando lo hace me subo y le doy la dirección. 

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora