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3 meses después....

Hoy es la boda de la amiga de Nathan Carol; hace unos meses Nathan me aclaro que él y ella solo son muy buenos amigos. Alice ha venido a ayudarme a arreglar, me hace un recogido en el cabello y luego me maquilla.

Me levanto para colocarme el vestido y tengo que sostenerme porque siento que me voy a desmayar.

– Aria – Alice me sostiene y me ayuda a levantarme.

– Estoy bien Alice, no te preocupes – tomo el vestido y me lo coloco.

– Aria, me preocupas en serio – me toma de la mano – Llevas un mes con esos mareos y en algunas clases sales corriendo al baño – Aria tú... Estas.

– Embarazada – no la dejo terminar, bajo la mirada – Creo que lo estoy.

– Tienes que decírselo a Nathan.

Camino hasta el espejo y me veo luego me pongo de lado y miro mi vientre – Últimamente me he estado imaginándome con una gran pansa – sonrío y colocó mis manos sobre mi vientre y miro a Alice – Lo quiero tener, no pienso desasearme de él, le diré hoy.

– Sabes que te apoyaré siempre, pase lo que pase, soy tu amiga – me abraza – Además ahora muero por comprarle pequeños vestidos.

La bocina de un auto suena – Es él – le doy un beso en el cachete y camino hasta la puerta – Por favor, cuida la casa regresaré por la noche, y prepara todo para esta noche – le pedí a Alice que se quede en mi casa, puesto que mis padres se han ido a un viaje por el trabajo de mi padre y Thomas llegara tarde. Bajo y me lo encuentro en la puerta al abrirla.

– Hola – lo beso – Luces muy guapo.

–Tu igual – me sonríe, caminamos y nos subimos al auto, él empieza a conducir.

La boda es en el jardín de la casa de Carol, está todo bellísimo. Todos nos sentamos en los bancos de madera totalmente alineados debido a que la boda está por comenzar.

Luego de que la boda acaba yo jamás me habría imaginado que Carol es lesbiana, estoy tan apenada de haber creído que ella y Nathan tenían algo. Estamos en las mesas todos, busco a Nathan y sin embargo no lo veo, Carol tampoco está en su puesto así que deduzco que están juntos, es lo más seguro, me levanto y entro a la casa a buscarlos, esta casa es grandísima, subo las escaleras y puedo escuchar voces, me detengo en una puerta que se encuentra medio abierta, me asomo un poco y allí están ellos.

– Nathan te dije en su momento que le harías daño – le grita ella – Sabía que le ibas a hacer esto y aun así te deje hacerlo por qué pensé que te enamorarías y ella sería la chica con la que quisieras estar el resto de tu vida.

– La quiero Carol – me agarro la nuca – Pero no quiero una relación – siento que algo en mi pecho se hace pedazos – Siempre seré el mismo, siempre voy que querer solo sexo, no puedo estar con más nadie, no me lo puedo permitir.

– ¡Por Dios Nathan! – Ella vuelve a gritar – No te das cuenta de que le haces daño a ella y también te lo haces a ti – lo toma por la cintura – Date cuenta de que la amas, sé que lo haces.

Lo suelta y luego camina hacia donde estoy, yo quiero moverme y no puedo, estoy llorando, ella abre la puerta y su cara muestra total asombro – Nathan... – lo llama.

– ¿Qué? – Él termina de abrir la puerta y me mira a los ojos – Aria... – dice mi nombre en un susurro e intenta tomarme de la mano y la alejo.

– ¡No! – grito y camino lo más rápido posible salgo de la casa y para mi suerte un taxi va pasando, lo detengo.

– Aria, espera – antes de subir alguien me llama giro y veo a Carol – Toma es mi número, por favor, llámame tenemos que hablar – me entrega una tarjeta. 

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora