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Al llegar a casa de Carol me bajo del taxi y toco la puerta – ¡Aria eres tú! – Dice al abrir y me abraza – Pasa – entro – ¿A qué se debe tu visita? – dice sonriéndome. Puedo intuir que algo le pasa.

– Nathan no ha asistido al campus – me siento en un sillón cuando llegamos a la sala – Tengo que entregarle un folleto para poder recuperar mis notas y ya solo faltan unos días para terminar las clases.

Ella se sienta a mi lado – Verás Aria... Nathan no ha estado muy bien últimamente, casi ni responde mis mensajes o llamadas.

– ¡Que! – Me alarmo – ¿Qué pasa?

– Esto no debería de contándotelo yo – agacha la cabeza y une sus manos – Ha tenido muy malos días luego que estuvieras a punto de perder al bebe.

– Él... ¿Él lo sabe? – mi corazón empieza a latir rápido y ella niega.

– No tranquila – me toma de la mano – Él no sabe que es el padre; pero, él pasó por eso ya y es algo que aún no ha superado y no lo hará nunca. Es mi amigo y me duele verlo así, luego de verte así él recayó Aria.

– Pero ¿Cómo que ha pasado por eso? ¿De qué hablas? Carol, no te entiendo – me preocupo.

– Aria él te ama – me mira fijamente y no entiendo lo que dice. Le suelto la mano.

– Eso no es cierto. Yo estaba allí y escuché cuando te dijo que no quería nada conmigo ¿Por qué cosa ha pasado para sentirse así? – le exijo que me cuente y siento como mi sangre empieza a enfriarse.

– Aria él tenía una novia, se llamaba Any – se llama. O sea que murió o lo dejo, esto no me está agradando nada – Él estaba tan enamorado que decidió comprometerse – se levanta, camina un poco y restriega su cabello – Luego me entere de que iban a ser padres y fue una noticia muy agradable para todos, podía ver su felicidad, su amor por su hijo crecía cada día como no tienes idea – Se sienta y toma mi mano otra vez – El día del parto hubo complicaciones y... Lamentablemente el bebé no sobrevivió.

– ¡Por Dios! – Estoy en shock y empiezo a sudar – Esto... es...

– Any no pudo soportar la muerte del bebé – coloca sus manos en su nuca y agacha la cabeza – Nathan la encontró en el baño...

– ¡Basta! – No dejo que termine – No necesito saber más – estoy conmocionada, coloco mis manos en mis piernas y agacho la cabeza.

– Estoy muy preocupada por él – se levanta y esta vez camina hasta la ventana – Tengo días sin saber de él, Aria cuando pasó lo de Any... Su mundo se vino abajo. Perdió las ganas de vivir... El día que vino a contarme lo que te pasó volví a ver ese dolor es su mirada.

No, esto no puede pasar – Y... ¿Qué tal si ha intentado algo? – Me levanto y camino de un lado a otro, estoy muy alterada – ¡Todo esto es mi culpa! Si le pasa algo voy a ser la culpable... Carol no me lo perdonaré nunca – lloro de desesperación.

Saco mi celular del bolso y marco su número, con defecto me envía al buzón de voz, marco dos veces más y no contesta.

– Mierda no contesta – Carol aún sigue viendo por la ventana, estoy muy preocupada y de repente siento un líquido correr por mis piernas, las abro y miro abajo, ¡Mierda! Rompí fuente.

– Carol... – la llamo.

Ella voltea y se limpia las lágrimas, me mira y yo vuelvo a mirar hacia el charco bajo mis pies y ella sigue mi mirada.

– Por Dios Aria has roto fuente – está conmocionada.

Y en ese momento siento un enorme dolor que corre desde mi espalda hasta mi vientre – Ah... – gritó y ella corre hacia mí y me ayuda a sostenerme – ¡Llama a mi madre! – toma el celular de mis manos y marca a mi madre mientras caminamos hasta su auto.

– Tranquila, todo va a salir bien – luego de hablar con mi madre me devuelve el celular e intento llamar a Nathan, pero me mandaba al buzón otra vez.

El dolor cada vez se hace más insoportable duele demasiado. Amor mío, mi pequeño aún no es tiempo de que nazcas, pero si eso es lo que quieres te pido que aguantes un poco más, pienso en Nathan y ruego que esté bien, no sé qué sería de mí si algo le llega a pasar. 

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora