Ya ha pasado el receso y no tengo ganas de seguir dando más clases, todo el día la perfecta de Irina se la ha pasado echándome en cara lo perfecta que es y denigrándome y la verdad ya me tiene harta.
Camino hacia el salón tomándome un batido de frutas. El profesor ya está en el salón y entro, me doy cuenta de que alguien más está en el salón.
– Señorita Ripoll – me llama el profesor, yo me quedo parada y todos voltean hacia mí incluso el otro profesor que está en el salón que no es nada más y nada menos que Nathan – Usted sabe que no se puede comer en los salones. Por favor, me hace el favor de salir y regrese cuando se haya terminado su bebida – me señala la puerta.
Salgo del salón sin disculparme y me siento en una de las bancas que se encuentran junto a un mural.
Luego de unos minutos sale el profesor Nathan del salón y camina hasta donde me encuentro. Cuando está casi a punto de sentarse a mi lado me levanto y camino hasta el salón sin mirar atrás.
Vamos saliendo del hospital Alice y yo. Lo único que le han encontrado es un simple virus estomacal.
Al día siguiente nos encontramos en clase de natación hoy el profesor Nathan ha solicitado al profe de matemáticas que le ceda sus horas, no sé por qué, ya estamos todos cambiados y el profesor no aparece yo ya estoy a punto de ir a cambiarme.
– Buenos días, chicos – todos voltean a verlo menos yo, estoy tratando de ignorarlo – Bien, ya saben lo que tenemos para el día de hoy, así que vamos a empezar con los cinco chicos que se apuntaron ayer.
Will, Óscar, Carlos, Eduardo y Fernando se levantan y se dirigen hacia donde está el profesor – Chicos solo uno de ustedes ira a la competencia el que de dos vueltas y llegue de primero será el escogido – los chicos se colocan en sus posiciones en el borde de la piscina – Bien en sus marcas... – se levantan – Listos. Fuera – suena su silbato y ellos se lanzan al agua. Solo se escucha el ruido del agua con cada brazada que dan, ningún de nosotros hace ruido. Yo estoy totalmente concentrada mirando cada uno de los movimientos de los chicos.
Fernando es el que logra llegar de primero, lo ha hecho fantástico.
– Bien chicas su turno – se levantan Naomi, Claudia, Rosmerie y Laura, falta una y pienso que ha sido Stefani pues no ha venido a clases hoy – Aria – me llama el profesor y esta es la primera vez que lo miro desde ayer.
– ¿Yo? – me señalo talmente perpleja.
– Si, tú. Como ayer no estabas en el salón, Tu amiga – señala a Alice que está sentada junto a mí – Mencionó que tú eras buena en esto. Que habías tomado clases de natación y te apunto en la lista.
Miro a Alice – Vamos nena sé que eres buenísima – me coloca el brazo sobre los hombros. Me levanto y camino a donde están las demás.
– Creo que sería una muy buena oportunidad si logras ganar – habla cuánto llego a su lado y lo ignoro.
Nos colocamos en nuestras posiciones, me coloco los lentes de natación y él realiza el mismo protocolo que hizo con los chicos. Nos lanzamos.
Me siento tan cansada ya vamos terminando la segunda vuelta, miro a los lados por debajo del agua, Rosmerie y Naomi van a mi lado, tomo una última bocanada de aire y pataleo con todas mis fuerzas hasta que siento la pared lisa con mis manos y saco la cabeza del agua.
– Bien salgan – dice el profesor.
Salgo y me siento en una banca aparte, necesito aire – Bueno Fernando y Aria – nos señala a ambos, ¡Que! No puedo creer que he llegado de primera, creí que había sido la segunda, cuando miré a ambas chicas Claudia se encontraba un poco más adelante – Ustedes dos irán al campeonato en España y nos representarán. Los segundos irán como relevo si llegase a ocurrir algo.
¡Wau España! – ¡Sabía que llegarías de primero! – me dice Alice al sentarse a mi lado – Eres buenísima nadando, te imaginas que ganes el campeonato.
– Bueno, chicos vayan a cambiarse, Aria y Fernando acompáñenme – lo seguimos hasta su oficina – Bien necesito que ambos me llenen estas hojas con su información.
– ¿Es necesario? – pregunto.
– Completamente, tengo que enviarlas a los decanos para que pidan sus pasaportes y boletos de avión – Lleno la hoja, cuando termino la pongo en el pupitre y salgo de allí sin mirarlo.
Cuando llego a casa dejo mis cosas en mi cama y me voy a dar una ducha, luego bajo por algo de comer.
Veo a mis padres en la cocina hablando y me acerco – Hola, mi niña ¿Cómo te fue? – dice mi padre con una mano en la cintura. Mi madre voltea, me abraza y me da un beso en la frente.
– Bien, eso creo – tomo una manzana de la bandeja y la muerdo – He aprobado para una competencia de natación.
– ¡Oh eso es grandioso! – mi madre aplaude de felicidad.
– Si, la competencia se llevará a cabo en España – mi padre niega – ¡Tranquilos! No hay que pagar nada todos los gastos son pagos.
– Bien, si es así entonces tienes todo mi permiso – dice mi padre y todos reímos.
– ¿Cuál es el chiste, pueden decírmelo? Y así reímos todos – Thomas aparece por la puerta.
– A que no adivinas – menciona mi papá emocionado y palmeándole la espalda – ¡Tu hermana ha aprobado para una competencia de natación en España! y todo es pago, así que no tengo que preocuparme por gastar dinero.
– Oh ¡Eso es increíble! – me abraza y me alza – Sabes que tienes que ganar cierto.
– ¡Por Dios! No soy tan buena, habrá competidoras mucho mejores que yo.
– Para los Ripoll no hay impedimentos – dice mi madre muy segura de sí.
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Mi Profesor
RomanceAria Ripoll es una estudiante universitaria. En su primer día como estudiante en la Universidad se encuentra con Nathan. Aria descubre pronto que tiene sentimientos hacia Nathan y se niega sacarlos a la luz. Aria y Nathan finalmente deciden salir; p...