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Recuerdo...

– ¿Qué tal si luego del instituto te llevo a un lugar? – Nathan se acerca corriendo por detrás - acabamos de terminar de dar gimnasia y todos se han ido a cambiar.

– Eso me parece genial – sonrió, estoy muy enamorada de este hombre.

– Bien te espero en la salida – coloca sus manos en mis hombros y hace presión.

Antes de que finalicen las clases le digo a Alice que me cubra y luego le envío un mensaje a Thomas diciéndole que no pase por mí.

– ¿Cómo ha ido tu día? – pregunta Nathan cuando me subo a su auto.

– Mucho mejor ahora – lo beso y él sonríe – ¿A dónde iremos?

– Es una sorpresa – me toma de la mano mientras conduce.

Luego de unas horas llegamos a una pequeña cabaña, es hermosa, bajamos de auto.

– Sabes... Eres la primera chica a la que traigo aquí - me toma de la mano mientras caminamos a la cabaña – Es aquí a donde vengo cuando quiero estar solo y pensar. Mi pequeño secreto – lo miro y sonrío.

– Es hermosa – digo cuando entramos, la cabaña es simplemente perfecta y acogedora – Me gusta ser la primera y espero ser la única – él sonríe, se para frente a mí y me besa.

Es la primera vez que pasamos juntos desde la competencia siempre que hemos querido estar juntos tenemos que escaparnos a su apartamento que es el único lugar donde podemos vernos, me invita al cine o a comer, por defecto, nunca hemos podido volver a dormir juntos y lo extraño. Los únicos días que dormimos juntos fueron los días antes de la competencia; luego de la competencia regresamos a casa al día siguiente.

Luego de preparar la cena y comer subimos a darnos un baño juntos y cuando terminamos me lleva cargada a la cama, recuerdo la vez que me llevo así, la primera vez que fui a su apartamento.

Me acuesta en la cama y se aleja para poder ver mi cuerpo mejor – Eres demasiado hermosa – se acerca y se apodera de mis labios, y poco a poco baja hasta llegar a uno de mis senos, lo besa mientras que con una mano masajes el otro. Aqueo la espalda y colocó mi mano en su nuca. Luego baja poco a poco hasta llegar a mi sexo y agarró su cabeza presionándolo más. Lo deseo tanto quiero que esté dentro de mí.  Me separa más las piernas y sube de nuevo a mi boca, me besa y muerde mi labio inferior, se introduce lentamente y jadeo.

– Ah – gruñe – Me encantas tanto que creo que me estoy volviendo loco.

– No pares – le suplico, sus embestidas son cada vez más rápidas y más fuertes.

– Me gusta todo de ti Aria – me besa y luego besa mi cuello – Ah... – ambos llegamos al clímax

Me besa la frente y se acuesta a mi lado, me acerca a él y me abraza.

– Te quiero Nathan – lo miro. Él sonríe y me vuelve a besar la frente.

Sonrío al recordar esa maravillosa noche. La noche en la que concebimos a nuestro pequeño. 

Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora