Mi Profesor

23

Estoy en clases de matemáticas y Dios jamás las clases me han parecido tan aburridas estoy durmiéndome en casi todas las clases.

A la hora de receso estamos en una mesa de la cafetería Alice, Will, Armando y yo. Armando se ha vuelto un buen amigo, a casi todos lados vamos los cuarto juntos. Agacho la cabeza y la escondo con mis brazos para tratar de dormir un rato.

– Hey despierta dormilona – me sacude el cabello Armando y levanto la cabeza.

– Quiero dormir déjame en paz – lo empujo.

Alice y Will se ríen – Cualquiera diría que estás embarazada, te la pasas durmiendo y con malestares de estómago – dice Armando y ambos dejan de reír. Él se queda serio y luego me mira – ¿Lo estás? – Su cara muestra estupefacción y agacho la cabeza otra vez – ¿Es del él? – Asiento – ¿Y él lo sabe? – vuelvo a levantar la cabeza alarmada.

– No – coloco la mano en su hombro – Armando él no debe saber.

– ¡Pero, él es el papá!

– No quiero que lo sepa y punto – me enojo – ¿Entienden? – los miro a cada uno.

– Está bien Aria es tu decisión – Alice levanta ambas manos en señal de rendición – Pero, que pasara cuando se empiece a notar que estás embarazada.

A la salida me espera Thomas como siempre; me subo al auto, pasan unos segundos y él no habla, lo miro, está muy enojado.

– ¿Qué te sucede?

– ¡Qué me sucede! ¡Qué me sucede! – grita furioso y saca un papel de la guantera del carro – Puedes explicarme que mierda es esto – me muestra el papel de los resultados.

– ¿De dónde sacaste eso? – le reclamo también enojada.

– Joder Aria ¿Estás embarazada? – Me tira el papel – ¿Quién es el padre? ¿Sabes tan siquiera quién es el padre?

– ¡Qué rayos te pasa Thomas! No tienes por qué hablarme así – grito – ¡Es mi vida!

– Pero ¡Qué dices! ¿Qué vida? Solo tiene 19 años acabas de empezar la puta universidad ¿Quién es el padre?

– ¡Ese no es tu problema!

– Sabes lo que dirán papá y mamá.

Thomas ahora lo sabe. Tengo que contarles a mis padres lo más pronto posible, probablemente esta noche y no estoy preparada, no sé cómo decirles y Thomas de seguro me obligará a hacerlo.

– Les diré esta noche – me abrocho el cinturón.

– Espero que así sea, de lo contrario lo haré yo.

Ya es de noche y nos encontramos en el comedor cenando, observo a mi madre y a mi padre comer, ni siquiera sé que decirles, cómo les digo que estoy embarazada, no encuentro las palabras adecuadas.

– Mamá, papá – ambos me miran, Thomas ya me está mirando desde que empezamos a comer – Tengo que decirles... – suelto los cubiertos y agacho la cabeza.

– No me digas que has reprobado una materia – menciona mi padre.

– No... Yo, yo... – tengo que decirles, de todas formas, se enteraran, si no es por Thomas verán la barriga – Estoy embaraza...

– ¡Que! – exclama mi madre alarmada.

– Lo siento má... – ella empieza a llorar y verla así me hace llorar también.

– Yo no te eduqué así – grita mi padre – Esto no debería de pasar, solo tienes 19 años Aria ¡Apenas empiezas tu vida!

– ¿Quién es el padre? – pregunta mi madre.

– Ni siquiera sabe quién es – Thomas se recuesta al respaldar de la silla. Molesto.

– ¡Vete a la mierda Thomas! – Grito – Sé quién es el padre; mas, no quiero que él tenga nada que ver con mi hijo, yo lo tendré y lo voy a mantener yo sola. Él no tiene que saber que estoy esperando un hijo suyo – los miro – Si tengo que dejar la universidad, pues lo haré.

– Pero ¿Qué dices? – Reprocha mi padre, él está muy molesto – Él tiene que hacerse cargo de tu hijo, es el padre y tiene que responder. Sacarte de esa cabeza la estúpida idea de dejar el instituto.

– Dije que no – me levanto de la mesa – Él no lo va a saber y eso es todo – subo a mi habitación.