CAPITULO XXIII - ÚLTIMOS DÍAS

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Holaaaaaaaa de nuevo :)

MARATÓN 1/5  

Si leyeron bien jajaja estaré subiendo hasta el viernes. Así que disfrútenlo...



Cierro mis ojos y dejo que la brisa de la tarde llegue a mi rostro. Me quedo así por un par de minutos.

Estoy en el balcón del departamento en donde en unos pocos días todos empezaremos a vivir. Es todo un piso alto. Mia, Franco, Daniel y yo hemos venido a dejar algunas maletas y otras cosas que necesitaremos para vivir aquí.

Ahora mismo Mia está echada en el sofá, durmiendo un poco

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Ahora mismo Mia está echada en el sofá, durmiendo un poco. Daniel y Franco están en su universidad rindiendo algunas pruebas para terminar de definir su acceso. Yo decidí tomar una silla y venir al balcón, admirar un poco esta hermosa vista de la ciudad.

Los demás chicos han venido en estos días a dejar sus pertenencias. Ya hemos revisando y firmado el contrato por un año. Hasta ahora todo va bien. Este sábado 29 de octubre tendremos la cena en mi casa.

Vendrán todos, los chicos y las chicas con sus familias, espero que salga mejor de lo pensado.

Los chicos tendrán la próxima semana, dos presentaciones con su banda. Una el lunes en una fiesta de Halloween y la otra el miércoles. Son como despedidas. Pues para cuando volvamos a Machala será de visita o por las vacaciones. Ellos pronto empezaran el proceso de la preparación de su disco. Estarán lo suficientemente ocupados.

Abro mis ojos y suspiro.

Hace un año todos recién nos estábamos conociendo y ahora somos una familia.

Me levanto y decido dar un recorrido por el departamento. La sala es lo suficientemente amplia como para todos, el televisor ya está en su lugar, en la pared. Fue instalado por Thomas esta semana. Los sillones de la sala son de color café oscuro, tanto que por la noche parecen negros. Ha Samuel le gustaron desde que los vio. Dijo algo así como "esta chéveres, si alguna vez se nos riega agua o algo, no se notará" luego de eso se echó encima de ellos, estrenándolos según él.

El comedor era lo suficiente grande para nosotros, la cocina no lo era tanto, pero bastaba. Las habitaciones tenían literas. Había tres baños y dos de ellos con duchas. Todas las paredes, absolutamente todas eran blancas. Así lo habíamos pedido al arrendador y teníamos toda la libertad de pintarlo de color que quisiéramos.

Teníamos permiso para tener solo una mascota, pero sobre eso aún no habíamos hablado entre los chicos.

Mi celular empezó a sonar y corrí hasta el comedor, donde lo había dejado y tomé la llamada.

- Preciosa ya estamos aquí – dijo Daniel

- Bajamos en dos minutos – respondí caminando hasta Mia.

¡LOCO POR TU AMOR, LOCO POR TUS BESOS! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora