CUANDO NOS CONOCIMOS
MIA
Era raro, es decir, tengo apenas once años, y al menos para mí es muy raro estar sentada en mi pupitre, rodeada de niños y niñas que recién empiezan a ser adolescentes. Mi primer año de colegio apenas empezó hace unos días y aunque ya había hecho algunos amigos, si es que ya podría llamarlos así, pues los conocí hace poco, yo me sentía rara y un poco perdida.
Ni siquiera mirar a mi alrededor me ayuda un poco. Es normal tener miedo cuando empiezas algo nuevo ¿no? en este caso para mí, el colegio. A pesar de que este año cumplo doce. Necesitaba y quería por alguna razón volver a la escuela, allá me sentía más unida o conectada. Alla no me sentía en un mundo nuevo como acá.
Lo sé, soy yo un poco dramática para todo, pero debe haber alguien para que se queje de las cosas y que no siempre esté de acuerdo con todo lo que diga la gente.
Unos dedos se chasquean frente a mí, parpadeo un poco para volver a la tierra otra vez.
- Señorita Martínez por favor – escucho que dice la profesora, cuyo nombre no sé. Ladeo mi cabeza, no entiendo lo que trata de decirme.
- ¿Sí? – musito bajo para que solo ella me escuche.
- Al pizarrón ahora – espeta en mi cara señalando con una mano hacia atrás.
Genial, primer día de clases con esta loca y ya me la gané de enemiga ¿Qué paso con los modales?
Me levanto lentamente y tomo el marcador que esta su escritorio, llego hasta la pizarra y suspiro al mismo tiempo que hago una mueca con mis labios. Veo el ejercicio y siento que es muy difícil para mí. Ni siquiera estaba presentando atención cuando lo estuvo explicando.
- El ejercicio no se resolverá solo señorita Martínez – la escucho decir detrás de mí.
Coloco la punta del marcador en la pizarra para empezar a escribir cualquier cosa y escucho sonar el timbre. Todos en el salón se levantan rápidamente. Si no me equivoco es la hora del break.
Giro sobre mis talones con una media sonrisa en mi rostro. Salvada por la campana... por suerte. La profesora dice algo sobre una tarea, pero la verdad no le presto atención. Dejo el marcador en su lugar y camino hasta mis cosas. Necesito salir rápido de aquí.
El salón se vacía rápidamente e incluso la profesora ya no está. Coloco mi bolso en mi hombro, dispuesta a salir de aquí, pero un lápiz llega hasta mis pies. Me agacho a recogerlo y alzo mi mirada hacia la única chica que aún sigue aquí conmigo. No la había notado, quizás porque no ha dicho ni una palabra desde que las clases empezaron.
- Lo siento... se me resbaló – habla muy bajito, estira su mano y coloco el lápiz allí.
- Es un bonito lápiz – respondo sin ninguna coherencia - ¿Cómo te llamas? – esa pregunta ha salido de mi boca casi por inercia.
- Emma – responde, ella no me mira e incluso ya se ha vuelto a sentar en su pupitre.
- ¿No saldrás al break? – pregunto, ¿Cómo puede ella mantener esa calma? Yo muero por salir corriendo.
- No tengo hambre – contesta otra vez demasiado bajito, pero aun así logro escucharla.
Giro hacia atrás y veo la puerta, el break no dura más de treinta minutos y creo que ya he perdido cinco. Vuelvo a ver a nueva ¿amiga? ¿conocida? ¿compañera? No lo sé, pero por alguna razón quiero quedarme.
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¡LOCO POR TU AMOR, LOCO POR TUS BESOS! ©
Romance- ¡Tú decidiste ocultarme cosas! - no puedo evitar alzar mi voz, tengo tanto coraje ahora mismo ... - ¡No te dije la verdad, porque era demasiado difícil para mi, porque no quería de ningún modo destruir eso que tú construiste! - declara rogando - ¡...