CAPITULO XXVII - SIEMPRE

2.1K 102 3
                                    

Hola, Hola :)

Disfruten y lloren ;)


- Deberíamos apoyarlos – susurra George.

- Si... deberíamos – rompo el abrazo – nosotros estaremos bien – me levanto y camino hasta la ventana – los abuelos ya llegaron – digo señalando por la ventana. Ambos van llegando de la mano. George se para detrás de mí.

- Ellos debieron saberlo desde hace tiempo, ¿no crees? – dice.

- Sí, estoy segura de ello – contesto.

Los abuelos entran a la casa. Escucho suspirar detrás de mí a mi hermano, me volteo. Veo que aun luce preocupado. Coloco una de mis manos en su mejilla.

- Nos tendremos el uno al otro, no estaremos solos – respondo a sus pensamientos y le sonrío para que se tranquilice.

- ¿Cómo haces para tomarte todo esto con tanta tranquilidad? ¿De dónde sacas tanta fuerza? – pregunta y niego.

-          ¿Cómo haces para tomarte todo esto con tanta tranquilidad? ¿De dónde sacas tanta fuerza? – pregunta y niego

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- No lo hago... en realidad tengo miedo. La fuerza la adquiero cada vez que siento que las cosas se me vienen encima... Papá me regalo esto – le enseño mi pulsera – él quería que sea fuerte para este momento y quería me mantenga fuerte para lo que se viene. Porque al igual que tú, nunca me espere que nuestros padres tuvieran que irse. Ya llevamos casi diez años en este país. Creí que aquí seria nuestro hogar definitivo – respondo – pero ahora solo me quedas tú... eres mi hermano, y por encima de lo que haya pasado antes. Ahora seremos solo tú y yo – George toma mi mano y la besa.

- Siento que has crecido más que yo – rio ante sus palabras y él besa mi frente - Te quiero hermanita, gracias por todo – susurra.

- También te quiero – contesto.

Camina hasta la puerta y la abre.

- Ya vuelvo – dice y se va dejando la puerta abierta.

Doggy no pierde la oportunidad para entrar y echarse en mi cama. Niego varias veces, ya se le hizo costumbre. Camino hasta él y me acuesto en la cama. George llega con su guitarra, me ve con Doggy y ríe. Se acomoda en la silla del escritorio.

- Doggy no puede vivir sin ti – dice y asiento.

- Exacto... aún no sé qué haremos con él – respondo

- Dudo que nuestros padres o nuestros abuelos se lo vayan a llevar... ¿Por qué no vive allá contigo en Guayaquil? – pregunta.

- No sé qué dirán los demás... tendré que consultárselos. No quiero que se quede aquí solo – beso varias veces su cabecita y él mueve la cola rápidamente.

¡LOCO POR TU AMOR, LOCO POR TUS BESOS! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora