- ¡Tú decidiste ocultarme cosas! - no puedo evitar alzar mi voz, tengo tanto coraje ahora mismo
...
- ¡No te dije la verdad, porque era demasiado difícil para mi, porque no quería de ningún modo destruir eso que tú construiste! - declara rogando
- ¡...
SOLO UN POQUITO CORTO ESTA EL CAPITULO... DISFUTENLO ;)
A la mañana siguiente, tal y como lo había prometido, después del desayuno, lleve a Lourdes al terminal para que viajara de vuelta a Machala.
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Después fui a clases y pasé todo el día concentrada totalmente en mis estudios, tenía que dar un par de talleres atrasados, así que llegue por la tarde al departamento. Era jueves y usualmente este día Mia y Mika llegaban temprano. Las encontré en la cocina, preparando algún dulce.
- Hola chicas – las salude.
- ¿Qué tal Emma? – me responde Mika
- Holiiiii – me responde Mia al mismo tiempo que me da un beso en la frente.
- Yo estoy muy cansada, me ha tocado hacer dos talleres – les cuento.
- ¿Dos en un día? – pregunta Mika
- Si, ambos eran atrasados – le respondo. Doggy llega hasta mi moviendo la cola, muy feliz se para en dos patas y se coloca entre mis piernas. Beso su cabecita dos veces, este sí que me ha extrañado y lo demuestra.
- Estaba muy hambriento cuando llegamos – señala Mika.
- Gracias por cuidar de él – les digo.
- Descuida pequeña – responde Mika.
- ¿Qué preparan? – pregunto
- Cupcakes – exclama feliz Mia.
- ¿En serio? – pregunto asombrada, pocas veces se las encuentra a estas dos en la cocina.
- Teníamos ganas de algo dulce – admite Mia
- Aja y luego pensamos en preparar algo dulce, pero para todos – responde Mika.
- Pues huele muy bien – digo.
- Esos fueron los primeros, cuando salgan del horno van estos que tienen Nutella por dentro – me enseña Mia.
- No puedo esperar a probarlos, pero antes iré a darme una ducha – digo levantándome – no se olviden de mi por favor – les pido antes de irme hasta la habitación. Doggy me sigue por completo, entra y se acuesta en mi cama, mientras yo me voy desvistiendo.
Tomo una ducha de agua fría, la necesito para despejar en mi mente. No quiero pensar en Daniel ni en sus palabras. No quiero dejarme llevar por la tristeza. Terminare la única tarea que tengo y luego me dedicare a terminar de componer la música de la canción que escribí hace unas semanas.
Hago exactamente lo planeado, Mia me lleva dos cupcakes a la habitación más tarde. Alla afuera, probablemente en el comedor, están todos conversando, puedo escucharlos reír. Son casi las nueve de la noche y hace ya una hora que ellos llegaron, no creo que ellos sepan sobre nuestra ruptura.
