Una semana había pasado y sentía que ya no tenía más lágrimas para llorar. Lo habíamos buscado por cielo y tierra. No había rastros de él. Habíamos repartidos volantes en todas nuestras universidades, en el centro de la ciudad, en los lugares más conocidos, lo habíamos pegado en casi todos los postes existentes, en todos los parques y nada.
Llamé a mis padres y les conté. Ninguno de ellos podía creerlo. Dijeron que iban a buscar la manera de que saliera en la televisión y en el periódico. Mi hermano y todos los chicos me habían ayudado toda la semana. Ronald no había vuelto a dirigirme la palabra, ni siquiera era capaz de verme a la cara.
No comí bien ni dormí esa semana, probablemente haya sido la semana mas larga y dolorosa de toda mi vida. Solo asistí a clases el miércoles y jueves. Era lunes otra vez y había regresado tarde de la universidad. Estaba sentada en el piso de la sala viendo en la tv, la propaganda que mi papá había conseguido poner en un pequeño espacio.
Una lagrima resbalo por mi mejilla, me cubrí el rostro con mis manos y empecé a llorar. Estaba a punto de darme algo, lo podía presentir. Me sentía físicamente muy cansada.
No iba a parar de buscarlo, no iba a dejar de luchar por él. Solo que el miedo aún seguía allí. Tenía mucho miedo de lo que Doggy pudiera estar pasando, si es que aún seguía vivo. Esa idea en mi cabeza, solo hizo que empezara a llorar con más fuerza.
No podía ni imaginarlo.
Sentí unos brazos rodearme y el perfume de Daniel llego a mí. Así supe que era él, por primera vez en mucho tiempo me abrazaba. Besaba mi cabeza varias veces, intentando consolarme.
- Lo vamos a encontrar Emm – susurra.
- Lo extraño mucho – musite despacito.
Levante un poco la cabeza y me fije que no estábamos solos. Ronald estaba en una esquina, mirándonos con cara de asco. Recordé que toda esta horrible situación la estaba viviendo por ellos dos. Suspire pesadamente y me levante, seque mis lagrimas con mis muñecas rápidamente y trate de calmarme.
Estaba tomando mis cosas para irme a mi habitación, necesitaba darme una ducha y despejar mi mente.
- Ronald puedes dejarnos a solas, por favor – pidió Daniel
- No es necesario – dije ya con mis cosas en mano.
Daniel me miro frunciendo el ceño, como si no entendiera mi respuesta.
- Emma necesitamos hablar – aseguro y negué.
- Ahora no es el momento – respondí.
Caminé rápidamente hasta la habitación y cerré la puerta, me recosté en ella y volví a suspirar. No quería estar con ellos, por más que haya extrañado los brazos, el perfume y el cariño de Daniel, no quería tenerlo así de cerca, simplemente no quería.
Me metí a la ducha enseguida.
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Mia toma el ultimo pedazo de pastel y se sienta en mi cama. Me entrega una cuchara y me sonríe. Comemos juntas el pastel en silencio por unos minutos.
- Entonces no quisiste hablar con él, a pesar de que todas las semanas pasadas buscaste tanto la manera de que pudieran hablar... y ahora nada – dice y yo frunzo los labios.
- ¿Y si quería hablar conmigo para terminarme? – pregunto y ella niega rápidamente.
- No como crees, Emma eso no pasara. Daniel esta loco por ti – asegura.
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¡LOCO POR TU AMOR, LOCO POR TUS BESOS! ©
Romans- ¡Tú decidiste ocultarme cosas! - no puedo evitar alzar mi voz, tengo tanto coraje ahora mismo ... - ¡No te dije la verdad, porque era demasiado difícil para mi, porque no quería de ningún modo destruir eso que tú construiste! - declara rogando - ¡...