CAPITULO XXXIII - UNA NOCHE MÁS

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AYER FUE EL DÍA DE LAS MADRES EN MI PAÍS, TUVE QUE VIAJAR Y NO PUDE ACTUALIZAR COMO QUISE. 

ESPERO QUE HAYAN PASADO UN LINDO DÍA JUNTO A SUS SERES QUERIDOS.



-Última llamada para vuelo a California del Norte, por favor abordar por la puerta cinco- escuchamos que dicen por los parlantes. Levanto la cabeza buscando la puerta cinco.

- Allí Emma – señala Mia.

Ambas prácticamente corremos hasta el lugar.

- Casi no llegamos – digo cuando entramos por fin al avión.

- Ojalá y nos toque cerca de la ventana – murmura Mia buscando los asientos.

Nuestro día de partir llego. Llevamos casi tres horas esperando en la sala y un descuido de ir al baño, casi nos deja sin vuelo.

Después de volver de Machala con Daniel, hace unos días. Habíamos quedado en algo. Teníamos que respetar esa decisión por el bien de los dos, por el bien de nuestra relación.

Por otro lado, con Mia tuvimos que asistir a clases normales, ella tuvo que hacer un par de deberes adelantados y yo asistir a una práctica que me tomo casi todo el día, entre eso, también teníamos que preparar nuestras maletas. Ella llevaba una grande, yo llevaba dos con los encargos que me mandaban. A parte nuestras maletas de mano.

Deje que Mia se sentara en la ventana, estaba muy feliz de admirar el cielo desde lo más alto

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Deje que Mia se sentara en la ventana, estaba muy feliz de admirar el cielo desde lo más alto. Llevábamos tres horas volando, yo trataba de dormir, pero por más vueltas que daba en mi asiento, no lograba conciliarlo.

- Sabes algo, aun me pregunto cómo te hiciste esto – musita Mia al tomarme las manos y pasar sus dedos por mis heridas – Samuel nos dijo que eran las mismas heridas que él se hizo cuando le cayó la tapa del piano de encima – me cuenta.

- ¿Cuándo dijo eso? – pregunto.

- El domingo pasado mientras cenábamos con el resto – contesta.

- ¿Lo dijo delante de todos? – pregunto de nuevo, ella asiente.

- ¿Cómo fuiste tan descuida en dejar que la tapa del piano se te cayera encima? – pregunta seria.

- No lo hice – musito.

- Entonces ¿cómo paso? – pregunta de nuevo con más seriedad.

- ¿Por qué quieres saberlo ahora? – replico.

- Porque quiero que seas sincera conmigo, quiero que me cuentes que paso realmente – responde

Suspiro.

A ella no le puedo ocultar la verdad, y ahora que estamos volando, lejos de todo y todos. ¿Qué podría hacer o decir?

¡LOCO POR TU AMOR, LOCO POR TUS BESOS! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora