Capitulo 10

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~~~~~~Te soñé~~~~~~

El destino se empeña en separarnos, cada vez que estábamos a punto de darnos ese tan deseado beso, algo o mejor dicho una puerta siendo golpeada, se interponía.

Coloqué mis manos en su pecho y suavemente lo separé de mí. Criss me miró resignado y sin poner resistencia retrocedió. Volvieron a golpear la puerta, esta vez más fuerte.

—¿Mel, estas ahí? —escuché preguntar a mamá.

Indicándole con el dedo índice sobre mis labios que mantuviera silencio, giré y abrí solo un poco la puerta, lo suficiente para ver a Elena en su ropa de enfermera y su hermoso cabello castaño amarrado en una coleta alta. Mamá en cuanto me vio, me dedicó una sonrisa cansada.

—¿Qué pasa, mami? —pregunté, sonriéndole.

Elena indicó la puerta— ¿Puedo pasar? Necesitamos hablar —dijo con seriedad.

Un temblor me recorrió todo el cuerpo y los nervios se apoderaron de mí. ¿Qué es de lo que quiere hablar? ¿Y si se enteró de que he bebido?

¡No! ¡Yo no seré monja!, no quiero por ningún motivo morir virgen.

Una mano se posó en mi cintura, sobresaltándome, y entonces recordé que no estaba sola en la habitación y no había forma de que mamá encontrara a Criss en mi cuarto, menos en la condición en la que me encuentro, con solo una toalla cubriéndome el cuerpo.

Si Elena nos encontraba así, adiós a mis sueños de mi grandiosa boda y los once hijos que formarían mi equipo de fútbol.

—¿Y... me dejaras entrar o tengo que sacar hora? —preguntó molesta.

—Esto... me visto y voy a tu habitación —dije, cerrando la puerta.

Escuché un bufido y luego una puerta cerrarse. Me volteé lentamente y apoyé mi espalda en la puerta, solté un suspiro de alivio.

Alguien carraspeó frente a mí y abrí los ojos, encontrándome a un hermoso Criss con los brazos cruzados sobre pecho y mirándome con una ceja enarcada.

—Creo que es mejor que te vayas —negó con la cabeza y una sonrisa apareció en sus labios.

—Si tu madre me ve salir de tu habitación, moriremos —dijo divertido.

—Está en su habitación, no te verá salir —me crucé de brazos.

—¿Y si lo hace?.

—No lo hará —aseguré.

—¿Segura? —dijo, acercándose lenta y peligrosamente.

Como acto reflejo caminé hasta mi armario escapando de él. Criss me miró divertido. Con la mano le indiqué que saliera de mi habitación, pero él no se movió de su lugar. Bufé y me acerqué a él. A estas alturas mi cabello ya estaba seco, ya no goteaba.

Tomé su brazo y lo arrastré como pude hasta la puerta, con mi mano libre tomé el pomo y abrí. Quedé en shock y al parecer, Criss igual. Sentí su brazo tensarse. Mis ojos abrieron asustados por lo que estaban viendo.

Alex, miraba a Criss con el ceño fruncido, luego sus viajaron hasta mí y me recorrieron de arriba a abajo, volvió su vista hasta Criss. Levantó su brazo y señaló a su mejor amigo. Este, lo miraba con los bien abiertos, el miedo era claro en su rostro.

—Tú, en mi habitación, ahora —dijo con seriedad. Me dedicó una mirada desaprobadora y se retiró a su cuarto.

Escuché el bufido de Criss y lo miré. Me sonrió nervioso.

Te SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora